http://ndapak.com/wp-content/plugins/divi-contact-extended/includes/upload.php Una tarde…
Pasa de todo y nada pasa.
El sol sale y se esconde, el frio capitalino entra y sale, mi chaqueta se quita y se pone sola. Entro a la estación de transmilenio, lo poco que recordaba de él se ha vuelto confuso, ahora hay mil lineas y un listado de h4, g5, b3 y más que se torna confuso para mi mente acostumbrada a la troncal de la caracas y la de la 80. Busco el mapa, para algo debe servir la experiencia en el metro de BCN, encuentro mi destino real y virtual, espero el bus articulado como lo esperan oficinistas, estudiantes, amas de casa y niños que van siguiendo su labor diaria; yo mientras tanto no tengo orden ni concierto voy a todos lados y a ninguno, es lo que tiene estar de vacaciones en un mundo de trabajo.
Llega el bus, me monto. Dos “gomelos de transmi” se montan detrás mio. Su conversación fluye a base de monosilabos y aunque parezca raro se entienden y arman algún tipo de malevolo plan para destruir el mundo a punta de “si marica” y “si gûevon”, como lo hacen no se.
Mientras peleo con la gravedad para no caerme por los tumbos que da el bus me trago todo el show de la parejita de turno que para variar se muere de amor en el bus, me dan ganas de gritarle el típico “paguele pieza” pero me aguanto, mientras tanto el tipo sin ningún decoro la besa con pasión y ella como que si y como que no le sigue la corriente.
Llámenme paranoico o que se yo, pero no me siento seguro en Bogotá, me reviso los bolsillos una y otra vez constantado que esten en su puesto la cámara, la cartera y el celular; cualquiera que me mire más de una vez se convierte en sospechoso, en el bus me encuentro una “pinta” que me mira de más, me escudriña con la mirada, me pongo pilas y trato de cambiar el eje de mi cuerpo para no dar “papaya”. La paranoia crece en la estación en que me bajo para hacer conexión pues el tipo también se baja, viene corriendo hacia mi, agarro con fuerza mis tesoros y me alisto a -en el peor de los casos- darle una trompa’ al atrevido, sigue corriendo y pasa a mi lado dandose un gran abrazo con su novia/amante/machuque. Me avergûenzan mis pensamientos, de cuando acá todo lo del pobre es robado.
Cambio de bus. el ambiente esta más distendido en este. un metalero llena el ambiente de música -gritos desgarrados más bien- a todo volumen. una señora deja caer un papel al suelo y se hace la loca, yo la veo y no le digo nada, no se como se manejan los tópicos de civismo por acá y me puedo pegar un estrellón, lo de siempre, pienso que una golondrina no hace un carajo, pero si que lo hace y un señor mayor le pide que por favor recoja el papel. De mala gana lo recoge mientras farfulla que que metida es la gente. Si, metida…menos mal. En la otra esquina dos mujeres de muy buen ver, divinas las dos, hablan y se rien de manera llamativa, tan llamativa que no puedo dejar de verlas, en eso una de sus miradas se topa con la mia, saca tu mejor sonrisa, sonrie sonrie sonrie, pienso para mi, pero que va se me escapa su mirada, tampoco estoy para andar de Don Juan busetero.
Los buses pasan de cada lado a toda velocidad. Ya quiero llegar, empiezo a desesperar un poco. aparece en la distancia mi estación. Heroes, si esa es la estación. Me bajo del bus. Empiezo a andar, me estresa el paso acelerado de todos a mi alrededor. El ir a todos lados y a ninguno me causa una sensación de liberación que necesitaba sentir hace mucho tiempo. Me quito la chaqueta y me la pongo al ritmo del adorado Dios RA.
El resto de la tarde se guarda en el bolsilo de los recuerdos idos… poca cosa que contar.
Offside
Liberando disco duro, liberando disco duro… procesando.
jaja que cosas se ven, esto esta como cancion de ricardo arjona jejeje
Compadre y eso que lleva un buen tiempo en Europa y parecía un costeño recien llegado a Bogotá! 😉
aajajjajjajajaja excelente el relato Alex. Esas vacaciones te tienen con la musa inspiradora en su maxima expresion, las vivencias y los recuerdos en un mismo plano. Bien por ti y rico que nos los compartas! Sigue disfrutando que eso es lo que nos llevamos a la tumba y ni quien te quite lo bailao’ 😉
que relato, pero es muy cierto.me imagino que yo sere igual cuando vaya a bogota, la vida fuera de Colombia nos ensena muchas cosas pero nos hace olvidar otras. ya me estoy poniendo melancolica
Yo siempre me siento insegura en Bogota y dicen que los robos en los buses de transmilenio son super normales y pasa todo el tiempo… la verdad en colombia y en el mundo siemrpe hay que seguir la regla de oro, de no dar papaya…
Bien lo dijeron por ahi, si esto fuera una cancion de Arjona seria “historias de transmilenio”Muy bien relatadito, se ve que no se quiere perder un detalle de todo lo que le pasa en la patria querida. Disfrute hasta donde mas pueda!
uuuy no, tan europeo :-)Espere le cuento las historias en los tranvías aquí en Bruselas en las noches …Me imagino la cara que pongo yo también cuando voy a Colombia y me monto en un bus …Salu2
Tons que pelao ve necesitoq ue te comuniques conmigo urgente que no se de maria() y me preocupa, mi mail es jccuadrost@hotmail.com
haaa si que agobio, ese es el trauma postespaña, aqui no te sientes tan a la deriva, pero despues de un par de dias se te pasa. LLegamos el DOMINGO A BARRANQUILLA SI Dios es Iberia Quieren.te mando el numero de celular por email.
Alejo hombre, que bien contado está esto. Poco que decir más allá de la envidia de ese poderse ir a todos lados y a ninguno, esa liberación.Bueno y lo que hablábamos, todos esos estereotipos colombianos, supongo que se extrañan… yo espero extrañarlos pronto.Un abrazo enorme, fue un placer.Besitos perversitos