– Venga viejito, le tengo el puesto al frente de la puerta.
– No, gracias. Yo espero.
– De una, 10 euros y entras en 15 minutos.
– Fresco viejo, deje así.
¿De dónde era el tipo?, obvio, colombiano. ¿Dónde estabamos? en la infaltable cita anual para renovar el permiso legal de estudiante. ¿A donde me tocó mandarlo? si, para allá mismo.
Es que todos los años es lo mismo: madrugar a hacer una tremenda cola que le da dos vueltas a la cuadra de la comisaria de la Carreer Guadalajara. El primer año en Madrid pague la novatada y me fui a las 2 am, 6 horas de espera para nada porque me tocó esperar lo mismo que los que llegaban a las 7 am, los otros dos años en BCN he tratado de llegar temprano pero sin abusar, un año llegue a las 5 y paso lo mismo, así que este año decidí ir contracorriente y me fui a las 11 am casi seguro que no alcanzaría o que saldría de ahí a las 4 de la tarde. Pues supongo que por llevarme la contraria no pasó así. Salí “sólo” a la 140 pm. Pues de los males el menos peor como dice el ignorante.
Lo que si no cambia sin importar si madrugas o si vas tarde es la fauna -faunisima- urbana que se topa uno por estos lares:
– Una señora que concentrada leía “preparándome para escuchar a Dios” pero que parecía querer escuchar mi conversación telefónica porque la vi “parando oreja”.
– el tramollero (persona que hace negocios medio raros) del inicio que con parla de culebrero quería sacarse su “sueldo diario” y lo peor es que más de uno sucumbió ante sus frases hipnóticas, civismo por dios.
– Una chica corriendo rápido y hablando por el móvil al mismo tiempo, parece ser que -cosa rara en una mujer- no sabía hacer dos cosas al tiempo por lo que se cayó de manera estrepitosa. Al intentar ayudarla a levantar me miró molesta y no acepto ayuda. Anda tu, que te den, pensé.
– Un par de chicas muy lindas que se acercaron a un grupo de marroquíes y preguntando preguntando se iban colando… a mala hora, la rechifla fue general y les tocó como a todos los cristianos presentes irse a la cola.
– Mezcle a una dominicana que tenía armado el escándalo a su alrededor más un tipo que pasa veloz en su bici y casi la atropella …. resultado: no recuerdo haber escuchado tantas groserías juntas en un espacio público, mis castos oídos todavía no se reponen.
– Una señora colombiana que al verme la mochila arhuaca que a veces cargo, me buscó conversa y empezó a contarme SUS historias, SUS recuerdos y SUS penas… Tan linda y amable pero callenla por favor.
En fin, un año más pidiendo permiso para seguir siendo extraño en tierra ajena, que se le va a hacer… al menos la espera es divertida.
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Hoy salió al aire el episodio no. 25 del del Vlog Internacional (esta vez me tocó el chicharrón de editarlo) el tema es caminata en la ciudad; participan desde New York, Tokio, Cali, Amsterdam Montería, Barcelona y Viña del Mar… no se lo pierdan. Doble click para ir al video
Offside
Esperando que se pueda decir … hágase la luz … y que se haga.
Ya hablamos largo y tendido sobre el tema. conclusión, hay que seguir luchando, aunque nos cansemos, aburramos, extrañemos e incluso hijuemadremos. un abrazote.
JAJA! Por lo visto no soy la única que disfruta “comiendo y rajando del prójimo”.Pero si o si que es deli?Al final tienes razón, a ese tipo de diligencias es mejor sacarles el lado divertido que amargarse con el asunto.
Sr. Armadillo, muy buen post, como toda latinoamericana alguna vez me he visto en una fila interminable de esas, en mi caso siempre frente a las puertas de una sucursal del imperio gringo. Que buena descripcion de la fauna, me ha hecho reir mucho. Lo bueno es que no tiene que volver en un año.
Yo me encuentro esa “fauna” tambien cada vez que voy al consulado Colombiano a renovar pasaporte o hacer alguna vuelta. Es impresionante pero parece que toda la chusma se pusiera de acuerdo para ir el dia que le toca a uno, jajaja
Ligastes con la mochila! Te veo bien!
No hay nada mas canson que una cola y una conversación molesta con alguien que habla y habla, bueno de ser uno como es, es que eso le da tema para escribir en el blog!