11-M, perdonan pero no olvidan…
Era viernes y los del grupo del Master saldríamos, como era típico, a tomar alguna cerveza en cualquier bar perdido por los recovecos de la madrileña plaza del sol. cuando nos dirigíamos hacia el sitio noté que en todo el día no había visto ni sentido a J. una de las más alegres y espontáneas del grupo. Pregunté a varios por ella pero nadie me supo dar razón.
El lunes siguiente cuando la vi le pregunté por que no habia ido el viernes de marcha con nosotros como era habitual, ella me miró y sus ojos emitieron un fino destello cercano a la frágil lágrima; el viernes 11 de marzo de 2005 mientras nosotros canturreabamos y reiamos de bar en bar ella y sus amigos eran uno más de los miles de grupos que en toda España lloraban por alguna de las 192 víctimas mortales (y los 1842 heridos) que dejó el atentado perpetrado exactamente un año antes por un grupo de integristas islámicos.
Viendo las lágrimas que corrian por su rostro y escuchándola hablar del amigo que perdió en ese atentado entendí, y de paso me avergoncé por desconocerlo, cuan hondo caló en el pueblo español esta cobarde e inesperada represalia por el apoyo del, en esa época, presidente del gobierno español José Maria Aznar a la guerra de Irak y que sacudió los cimientos, humanos, políticos y sociales de un pueblo desacostumbrado a esas radicales representaciones de violencia del ser humano.
A mayor distancia geográfica menor repercusion mediática tendrá una noticia, ese es un axioma básico y fundamental del periodismo que creo conocí en primer semestre de la carrera; Y en mi caso con el 11-M aplica a la perfección; por esas crudas casualidades del destino un 11 de marzo de 2004 mientras a primera hora de la mañana abría mi correo electrónico y encontraba la tan anhelada confirmacion de mi escogencia como becario de la FC para cursar a partir de octubre de ese año un Master en Televisión en Madrid, a 12 mil km, en mi futura ciudad de acogida llevaban más de seis horas llorando a las múltiples víctimas y en una desenfrenada busqueda de los responsables de tan cruel matanza. Pero yo, todavía con los pies en Colombia y en un acto de extrema dejadez sólo procese en mi mente algo de una bomba en Madrid y “unos cuantos muertos”, ni siquiera el hecho de que 7 meses después yo estaría ahí me impulsó a recabar más información de la necesaria. Claro, viviendo en un país donde -para nuestra desgracia- la violencia es pan de cada día no llegué a imaginar el golpe que fue para los españoles el 11-M.<!– D([“mb”,”
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Después vinieron marchas, cambios de partido gobernante, acusaciones mutuas de culpabilidad y aqui estamos hoy, ya se cumplen 3 años de la masacre de Atocha y todavía estan buscando culpables, con un mediatizado juicio a los imputados por los atentados que no se suicidaron en Leganes en el medio, con un teje y entreteje de busqueda de conexiones con ETA, con los partidos políticos aún discutiendo responsabilidades, pero nadie, aparte de sus dolientes, pensando en las victimas.
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Hoy se inaugura frente a la estación de Atocha un gran monumento a las victimas; un homenaje que, según sus creadores, "nace de las entrañas de la estación de Renfe, del lugar mismo del dolor, como en un grito de esperanza"
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Pero y donde quedan la mitad de las victimas que hoy día sufren -todavia- secuelas tanto físicas como psiquicas, los recuerdos de los más de 3000 afectados directos e indirectos y la confianza de una sociedad que perdona pero no olvida…
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Una imagen y mil sonidos para el recuerdo… el andén de la estación de Atocha con multitud de cuerpos inertes y un sinfin de móviles sonando al mismo tiempo mientras al otro lado de la línea sólo esperaban un simple y escueto: si, estoy bien….
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Después vinieron marchas, cambio de partido gobernante, acusaciones mutuas de culpabilidad y aqui estamos hoy, ya se cumplen 3 años de la masacre de Atocha y todavía estan buscando culpables, con un mediatizado juicio a los imputados por los atentados que no se suicidaron en Leganes en el medio, con un teje y entreteje de busqueda de conexiones con ETA, con los partidos políticos aún discutiendo responsabilidades, pero nadie, aparte de sus dolientes, pensando en las victimas.
Hoy se inaugura frente a la estación de Atocha un gran monumento a las víctimas; un homenaje que, según sus creadores, “nace de las entrañas de la estación de Renfe, del lugar mismo del dolor, como en un grito de esperanza”
Pero y donde quedan la mitad de las víctimas que hoy día sufren -todavía- secuelas tanto físicas como psíquicas, los recuerdos de los más de 3000 afectados directos e indirectos y la confianza de una sociedad que perdona pero no olvida…
Una imagen y mil sonidos para el recuerdo… el andén de la estación de Atocha con una multitud de cuerpos inertes y un sinfin de móviles sonando al mismo tiempo mientras al otro lado de la línea sólo esperaban un simple y escueto: si, estoy bien…
Offside…
Con un tema como este quedo sin mas que pensar…cero offsides en mi mente…