Sin dudarlo, una de las mayores expresiones de madurez del ser humano es ser consciente de las decisiones que toma y el poder que tiene cada una de estas para cambiar o potenciar el rumbo de lo que hace.

Más de 4 años viviendo en Barcelona (bueno en España), enfrentando ires y venires, nuevas experiencias y trabajando por mis sueños me han hecho madurar a grandes pasos, a veces a pasos forzados pero pasos que si no los haces tu mismo nadie los hará por ti.

Este inicio de 2009 ha sido un poco caótico y acelerado, ha habido cambios por doquier y lo de año nuevo vida nueva se ha reflejado en toda la extensión de su significado; por eso, después de sopesar variables, de pensar y mirar que decisión era la mejor ya tomé una, una decisión basada en la madurez, quizás no en la madurez personal sino en una madurez más enfocada en lo profesional. Se que es lo mejor, también se que como cualquier decisión traerá perdidas, inevitable, pero sobre todo se que mi vida, la manera como la percibo y el modo como afronto todo cambiará, para mejor por supuesto.

De todos modos siempre estará ahi agazapado ese Peter Pan que tantas alegrías me trae, ese Alejandro un poco infantil que se divierte con cosas nimias y sin importancia. Ese espíritu infantil e inmaduro que me permite reinventarme cada vez que la madurez me lo exige.

¿La decisión que tomé? Estoy en camino.