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En estos días es inevitable mirar todo con otras ópticas, en el día a día todo parece nuevo y diferente aunque en realidad sólo sea una mirada distinta (gracias @allyfar) incluso observo y disfruto cosas que antes ni reparaba en mi cotidianidad. Como diría Juan Luis ni es lo mismo ni es igual.
Los cables se atraviesan, la brisa loca parece que quisiera tumbarla pero ahí sigue: la luna de Barranquilla es chiquitin chiquitita según canta Juan Piña, pero a mi no me parece chiquita me parece una tronco de luna…
Una mirada variada, una mirada distinta, nuevos lentes con que mirar espacios iguales… sólo espero no se empañen, al menos no tan pronto.
Si, que parece un gram bombillo halogeno y no un pedazo de queso como en otros lados… jajajaja
Amigo, la luna es la luna y hace especial cualquier noche.
Alejo compartimos tantas impresiones… Admiro mucho más mi ciudad desde que llegué.
Te dejo la mirada rosarina, capturada el 11 de enero de 2009. Beso. Patri
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Pues compadre, espero que aproveche esos nuevos ojos para fajarse un supersegmento en el siguiente episodio del VI, se que no vas a fallar.
Un saludote.
Pues esa es la lucha, Alejandro, renovar la mirada cada cierto tiempo, cuando no se puede renovar el entorno. Ayuda mucho irse y volver, así sea un pequeño paseo fuera de casa. El secreto está en moverse y luego detenerse a contemplar. En todo caso, la luna de Barranquilla sí tiene una cosa que maravilla, así lleves 30 años sin moverte de aquí. Esthercita tenía razón.