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Barranquilla, el mejor vividero del mundo

Hace 10 años mientras vivía en Barcelona hice junto a Iliana Ferrer y Kelly Moré este documental – Instalación interactiva en el que un grupo de Barranquilleros se llenaba de recuerdos y nostalgias al hablar del, para ellos, mejor vividero del mundo.

Una ciudad se reconoce no sólo por lo que tiene sino por lo que genera, Barranquilla, Curramba o La Arenosa se las ha ingeniado para permanecer en el imaginario colectivo de sus habitantes como el mejor vividero del mundo…

Curramba la bella, L.A.(La Arenosa), Quilla, son muchos nombres para una misma emoción, para un mismo recuerdo…

buy provigil generic Feliz cumpleaños 203 Barranquilla…


order stromectol Barranquilla, El Mejor Vividero

Dirección y Realización: Alejandro Angel T.
Idea Original y Producción: Iliana Ferrer y Kelly Moré

Barranquilla huele a ilan ilan dice Kelly, por otro lado llega humberto y canta “si el toro fuera de azucar y los cachitos de panela si yo fuera garrochero cuanta garrocha le diera”; Iliana comenta que barranquilla es un caos, pero no un caos cualquiera, un caos organizados, aclara; Noris por su parte extraña el olor del pescado frito en Puerto Colombia…

Cuatro personajes, cuatro vidas paralelas…

Las veces que me han robado

(Afortunadamente) no nos quedó la anécdota de impacto, esa anécdota amarillista en la que uno cuenta con voz temblorosa – quien quiera oir y a quien no –  que dos o tres Pedros Navaja (matón de esquina) le pusieron una pistola en la cabeza o un cuchillo en la garganta.

No, la historia es más sencilla. Estábamos almorzando en el 2do piso de una casa después de una mañana de intenso rodaje de la segunda temporada de El Laboratorio de Uni5 TV en locaciones en Salgar y Puerto Colombia y mientras tanto los amigos de lo ajeno (bonita analogía), hacían de las suyas rompiendo el seguro de la ventana de la camioneta van en la que nos desplazábamos y se llevaba un par de maletines con monitores, micrófonos inalámbricos, lentes fotográficos, celulares, filtros, cables, hasta un chaleco de producción de Uni5 TV se llevaron (¿que pueden hacer con eso? ¿una linda falda?).

Después lo de siempre, llamar a la policía, patrullas de motorizados que vienen, hacen el amague que dan una vuelta por el pueblo “a ver si ven algún movimiento”, poner el denuncio en una inspección de pueblo, en la que un inspector (de pueblo como no), barriga prominente, bigote veloz y mucha, mucha parsimonia procedía a tomar los datos correspondientes del “suceso” para dejar constancia del mismo y poder hacer todas las vueltas que correspondan para el seguro de los equipos del canal (que lo que son mis lentes y demás equipos personales si que el cielo los guarde y de para ellos luz perpetua).

Nada que hacer, se sigue pa´delante, llorar sobre la leche derramada es de esa actitudes que nunca me doy la oportunidad de tomar y aunque  a veces dan ganas porque creo que seguro serían un respiro para el alma, de sólo imaginarme en el plan de víctima, del “pobrecito yo y mi mala suerte”, se me quitan.

Ahora son las 4 am, me acabo de levantar después de dormir casi 8 horas de seguido, raro muy raro en mi, de recuperar energías del cansancio de rodaje, del stress de las diligencias después del robo y en medio del desvelo que veo venir me quedo en mi cama pensando, como por no dejar, recordando… las veces que me han robado.

La primera vez que me robaron tenía 17 años, estaba en primer semestre de carrera y estaba haciendo unas prácticas vacacionales en el Noticiero Televista de Telecaribe. Era día de paro de transportes, salí a la 1 de la tarde del canal con la seria (e ilusa) intención de tomar un bus en la cra 54 con 75, craso error, no había un alma en la calle, faltaba el cardo pasando cual película del lejano oeste. Pasó un carro con varios tipos que se quedaron mirando lentamente hacia mi, mientras yo, ensimismado, miraba el celular, estreno reciente, un Nokia 2110 engallado (el mal gusto brillando sin ausencia) con una magnifica carcasa color amarillo pollito. El carro siguió de largo, eso creía yo al menos, y a pocos minutos se acercó un tipo, joven, como de mi edad, y me preguntó si pasaban buses, le respondí sin mirarlo que nada, que llevaba como 15 minutos esperando y nada que pasaba ninguno. La siguiente imagen que viene a mi es el mismo tipo, nervioso, poniéndome una pistola en la cabeza, y diciéndome tembloroso que pilas, que le diera el teléfono. No sé si estaba más asustado el o yo. El tipo se le notaba la inexperiencia en esas lides y eso es peligroso, a mi también se me notaba la inexperiencia como atracado por lo que fácil, fácil me han podido pegar un tiro de gratis y para pagar en cuotas. Al final entregué el aparato, el tipo corrió y a se montó en el carro que había pasado antes frente a mi que estaba estratégicamente parqueada y a la espera a al vuelta del paradero de bus. Ladrones 1 Alejandro 0.

La segunda vez que me robaron fue un par de años más tarde. Iba caminando por la 43 con 92, típico domingo currambero sin un alma en la calle, iba hacia donde amigas a pasar la tarde echando cuentos, mi pinta: bermuda playera, sandalias, camiseta, cartera en el bolsillo, celular en la mano. Ya cargaba un Nokia 5120, el de la culebrita, el de moda en esos días. Cuando pasé la 43 vi un tipo sentado muy casual en una acera. Después del primer robo ya uno queda curado en salud y evita, se vuelve un poco paranoico y empieza a ver ladrones donde no los hay, monjas, un Boy Scout o un bombero pueden parecer fieros atracadores después que dejamos que la paranoia entre a nuestras cabezas. En fin, que me cambié de acera y seguí caminando, en eso, paso ágil y veloz el tipo se levanto de la acera, desenfundó revolver y en 3 pasos estuvo frente a mi, tan rápido que no alcancé a hacer ningún movimiento. Mierda. cero y van dos veces que me ponen un revolver en la cabeza. Peor, cada vez es distinta, esta vez no sé por qué carajos, adrenalina, el hecho de que el celular fuera nuevo, estupidez, no sé bien, pero empecé a forcejear con el tipo, le pedí que por favor no se llevará el celular que no era mío (si, claro, como si a ellos eso les importara). Total que ahí estaba yo con un tipo aceleradisimo, con un revolver en la mano, un revolver que apuntaba hacia mi que no es lo mismo y mi cabeza que no paraba, no sé porqué el tipo no me disparó, no sé si la situación estaba tan grave que ni para balas tenía, no sé si la pistola era de verdad o un simple poema visual, no sé si el tipo no era tan pendejo de meterse en tremendo lío por un celular cuya mayor virtud era un juego de culebritas, total que en un descuido alcancé a empujarlo, le pegue un golpe en el pecho, el retrocedió, se volteo, me pegó con la cacha del revolver en el brazo (el morado duró 10 días en irse) y se fue corriendo. Después me senté en la acera y quedé sudando frío como 10 minutos. Podría no estar echando el cuento ahora. De ahí al CAI más cercano a avisar y listo. Ladrones 1 Alejandro 0 (acá hubo empate técnico).

Pasaron varios años, algún intento de atraco hubo pero nunca pasó nada hasta que en el 2004, del otro lado del charco, en Madrid, volví a caer. Esta vez si fue crónica de un robo anunciado y es, sin dudarlo, total culpa mía. Salí de fiesta, de marcha madrileña con el combo de amigos de la maestría. Cerveza que va y que viene, roncito cola que sube y que baja, ay, que sube y que baja, en fin, noche de festejo y desorden. A las 5 am, con unos tragos de más y de menos, no en tres quince sino en seis treinta me fui hacia el metro, entré a la estación de Atocha a esperar el tren que me llevaría a casa. El tren a esa hora demora lo suyo en pasar así que me acomodé en una de las bancas a esperar. Paso un minuto, pasaron dos, al tercer minuto se cerraron mis ojos. Pasaron varios minutos más, ni idea cuantos, cuando abrí los ojos había dos policias a mi lado. Me preguntaron que hacia donde iba, les dije mi parada y me dijeron que ese tren era en la vía del frente. Crucé las escaleras bajo la mirada escrutadora de estos policías (¿envidia por mi “alegría”?) cuando llegué del otro lado metí mi mano al bolsillo para ver la hora en el celular y, sorpresa, no había celular y había un hueco enorme en mi pantalón,  miré el bolsillo de la cartera, ahí estaba mi cartera, con pocos euros pero ahí estaba, en ese bolsillo había un inicio de corte que fue interrumpido. Me acerqué corriendo a los policías y me miraron sonriendo (La venganza es un plato que se sirve frío, habrán pensado). “Eso son los marroquíes y los rumanos, van dando vueltas por todas las paradas de metro a estas hora para ver a que borracho le sacan sus cosas cortando sus bolsillos con una navaja. Dé gracias que no se despertó, en esos casos optan por clavar la navaja en la pierna del borracho y correr” Ay mamá. Gracias San Miguel (la cerveza), gracias Mahou, Gracias Ron Bacardi… Ladrones 2 Alejandro 0.

Y el último, antes del de hoy, fue hace poco, creo que alguno supo, fue en mi anterior apartamento, como dije en ese momento “pasé todo el día por fuera de mi apartamento, al mediodía fui a almorzar pero no me acerqué por la zona de la biblioteca, llegué en la noche y quise ver un programa en la TV y mi LCD no estaba, tampoco estaba mi guitarra -si, esa que nunca he tocado, la que está sin cuerdas- aparte de esos dos elementos no faltaba nada más. Se metieron los ladrones, peor se metieron en plena madrugada y se llevaron lo que había en la sala, la zona más cercana de las ventanas por donde, creo, entraron los cacos (los hijuecacos mejor dicho).¿El TV? se comprará otro, ¿la guitarra?, bahhh ya tendré otra excusa para no aprender a tocarla, pero y el miedo, el miedo en los huesos, la paranoia, quien me la quita, ya tengo un bate cerca, ya puse una navaja al lado de la cama, es igual, ellos, los hijuecacos, siempre juegan con la ventaja de la sorpresa.” Ladrones 3 Alejandro 0.

Este robo también tiene versión audiovisual, como no…

Con el robo de hoy el resultado es ladrones 4 Alejandro 0, hasta ahora van ganando, van goleando. Afortunadamente siempre lo he tomado con la filosofía de que al menos no ha pasado nada más grave, no ha habido desgracias que lamentar más allá de pequeñas (o grandes) perdidas materiales, en un estado ideal este contentillo no debiera existir. En un estado ideal nunca deberíamos ser paranoicos ni vivir con el miedo en los huesos. Pero es el que hay.

Al menos las ideas, las ganas, la pasión por hacer cosas no las cargo en el maletín, así que vengan, vengan a robarmelas a ver si pueden hijuecacos…

 Como siempre, escribir es un buen catalizador.

Y a ti, ¿te han atracado? ¿se te han metido a la casa? ¿cómo has reaccionado en esos momentos?

Caminando…

Camino bajo el sol de mediodía, sol corroncho de mediodía le dicen, de Curramba, La Arenosa, Barranquilla La Bella. No acostumbro a caminar mucho por la ciudad, los afanes del día a día me han alejado de esa terapia necesaria.

Me tropiezo con el obrero, con el oficinista, con la enfermera y con la secretaria. Cada uno me cuenta una historia, cada uno me mira y me dice cosas al oído.

El obrero me dice que la jornada estuvo pesada, que su jefe lo mando al carajo un par de veces y que cree que su mujer le pega los cachos con el cachaco de la esquina, que el almuerzo le supo a mierda y que su hijo no quiere ir a estudiar, aun así me cuenta que está feliz porque está esperando un hijo (dudas, malditas dudas), que el último mes ha entendido tres cosas de la vida y que hace poco retomó el contacto con su viejo que hace rato no veía.

El oficinista lleva una risa de oreja a oreja, acaba de recibir un ascenso, el jefe le aplaudió dos ideas y le celebró tres más, está posicionado en su área como nunca antes, la secretaria de gerencia le está haciendo ojitos y ayer se echó un polvo, en el baño de servicio que no es lo mismo, con la de contabilidad, aun así en el fondo de su corazón cree que algo malo viene, no entiende el porqué, no sabe para donde va todo, pero tiene una mala vibra, es como con las brujas, no cree en ellas pero de que las hay las hay…

La enfermera viene de poner una inyección a un viejo verde que le intento agarrarle el culo, eso que normalmente le molestaría hoy le ha dado risa, esta mañana se levantó de buen animo, entendió que todo es más fácil si se mira desde la óptica adecuada, que vengan y le agarren el culo es lo menos malo que el puede pasar hoy. Quizás esa prueba de embarazo negativa que dejó en el baño esta mañana puede tener algo que ver…

La secretaria, la secre o Lully trae un rostro inexpresivo, le pregunto que debo entender de su cara y me dice, piensa lo que te de la gana, me es igual. Excelente, ya ahora hay una actitud. le digo que el pintalabios se le corrió y que una media está rota, voltea, me mira fijamente y me dice, no es la forma imbécil, es el fondo. Me quedo de piedra. Parece un deja vu.

Me paro en la esquina, un semáforo destartalado me dice, ROJO, ten cuidado, AMARILLO, está atento, VERDE, adelante, keep walking, keep dreaming, keep doing, dale Jhonie, dale…

Me acuerdo de Melendi…



Voy caminando por la vida, con pausa, pero sin prisas
procurando no hacer ruido, vestio con una sonrisa, sin complejo ni temores, canto rumbas de colores y el llorar no me hace daño siempre (y) cuando tu no llores…

 

No se empute viejo David… (David Sanchez Juliao – QEPD)

“Nos hablaba de un poco de vainas que nojoda, no tenian un carajo que ver con las vainas que le rayan a uno el ojo de tanto mirarlas todos los días acá en Lorica. Nos hablaba dizque de Napoleon y su Watergate, de Simon Bolivar y su azúcar Manuelita refinada, de la torre infiel de paris, del museo de la ubre, la universidad de lavaina y vaina, ñerdaaa y un poco de vacilones ahí raros.

Ñerda y nosotros que carajo, mira nosotros queríamos sera era pitcher de la Selección Colombia, porteros del junior de Barranquilla, guacharaqueros de Alejo Duran, cantantes de los Hermanos Martelo o sparring de Pambelé. Vainas bacanas, estimulantes…
El Flecha – David Sanchez Juliao

David Sanchez Juliao

Foto vía Terra Colombia.

El recuerdo que viene a mi cabeza es estar sentado en algún bar perdido de Barcelona, seguramente el popular Panxot, tomando una cerveza con el combo del Grupo Copera y hablando sobre “El Flecha” y “El Pachanga” los dos personajes más famosos y reconocidos del escritor loriquero, caribeño, costeño, David Sanchez Juliao.

En la distancia, del otro lado del charco las necesidades de verse reflejado y reconocido nos llevaban a buscar los referentes más distorsionados de nuestro sentir caribe y el Flecha, el Pachanga y la mayoría de personajes del escritor loriquero tenían todo para ser esos referentes buscados.

Bastante nos reímos contando y repitiendo diversos fragmentos de estas narraciones de esos personajes imaginarios, de esos perdedores agradables, de esos personajes que quisiéramos que no estén pero están ahí, en nuestra costa, en nuestro caribe, en nuestro sentir…

Hoy en la madrugada murió David sanchez Juliao, no sólo conocido por este par de personajes sino por multitud de novelas, cuentos, guiones para cine y TV y muchas otras obras creativas en las que siempre, oígase bien, siempre estaba en el aire su sentir y amor por la tierra, por la región que le vio nacer y crecer.

No se empute viejo David, no se empute… Paz en su tumba

Les dejo la grabación de el flecha

http://www.goear.com/files/external.swf?file=5984a30

Y también pueden divertirse con los acertados comentarios de “El Pachanga”

http://www.goear.com/files/external.swf?file=79bf45b

Bonus Track…

“…porque yo no sé en este país cómo un carajo de carpintero, latonero, albañil, jarreador de agua, embolador, vendedor de Marlboro, minorista e’ Kent, carretillero, jarria-bulto, portero de cabaré’, picolero, cabrón de puta vieja, ayudante’ bu’, fabricador de jaula, vendedor de raspáo, chasero, escritor, administrador de un agáchate, mandadero, vendedor de maní, acordeonero, serenatero, fotógrafo de bautizmo, consolador de legendarias, sacristán, voceador de perdiódico, vendedor de tinto, llantero, mecánico o empalmador puede vivir.”

¿Loco yo? loco tu…

Las manos para aplaudir, las sensaciones para sentir, los oidos para experimentar, los ojos para crear.

Tantas ganas de sentir, pensar y crear que se quedan bloqueadas por simple pensamientos que no son mas que tiros al aire de un mal cazador.

Sueños, ¿eso qué es? sentimientos, ¿what are you talking about? creatividad, Je ne parle pas frances…

Locuras, extravagancias, extensas divergencias en un extraño mundo de sueños del que no nos levantamos porque nunca sabemos a que hora nos acostamos.

Credibilidad, marca, ideas, discursos,  nada es real, todo es mentira, todo es real nada es mentira, quien dice la verdad, quien dice la mentira, qué es verdad, qué es mentira?

Buen viento, la buena mar ya está…

 

La punta del iceberg

Somos lo que somos, siempre, no hay manera de dejar de serlo si no queremos. Estamos llenos de fantasmas, recuerdos y miradas que van de un lugar a otro sin pensarlo.

Aun así, de bocas para afuera tenemos vidas perfectas en las que somos los reyes del mambo; facebook, twitter, los blogs y cualquier cantidad de espacio virtuales nos han permitido gritar al mundo lo que somos, lo que hacemos, para donde vamos, de donde venimos y a donde queremos ir, aunque muchas veces esta fachada no es sino sólo la punta de ese gran iceberg que es nuestra personalidad y nuestra manera de ser.

Parece que somos más que personajes públicos, que contamos toda nuestra vida en caracteres y en realidad, aunque no pareciera, nos guardamos muchas, muchas cosas, tanto buenas como malas, quizás por ego, quizás por preservar eso que llaman espacio personal, ese lugar en el que todavía nos contamos nuestros propios cuentos y leyendas sin tener que compartirlos con más nadie, quizás porque no nos da la gana de compartirlo todo, simple y llano.

Aun así después que cerramos el PC y soltamos el teclado  nos encontramos con nuestros propios monstruos internos.

Hace rato, más joven,  iba libre por el mundo,  sin ideas ni preconceptos  en la mente, sin comerme la cabeza, sin agenda, sin alarmas y sin nada que me marcara el camino. Creo que era feliz.

Hoy, no muchos años después, tengo mi escritorio lleno de post its que me recuerdan citas y compromisos adquiridos, la alarma suena insistentemente recordándome todo lo que tengo que hacer, tengo unas cuantas responsabilidades y mi cabeza es un cúmulo de ideas constante que -quiera o no- no para de armar revoluciones, aun así soy feliz, o creo serlo. Hago lo que me gusta, tengo un montón de planes para vivir la vida y aunque a veces me pregunto en qué momento deje de pensar o sentir ciertas cosas creo que no es más que un paso más en ese largo camino que llaman madurez. De hecho, ¿a que hora empecé a pensar en la madurez?.

Por eso saco ideas, roto pensamientos, miro al techo, ese sitio a donde miro siempre que quiero preguntarme cosas y simplemente me quedo con la idea en la cabeza de que el monstruo interno es un simple gatito con garras de león que a veces se asoma en nuestros pensamientos con ganas de llamar nuestra atención.

Pese (o gracias) a eso la imagen final que queda en mi es que todo esta bajo control, mucho más del que se quisiera tener de hecho.

Ahí va, esos son los pensamientos de un domingo en la noche, son los que hay…

Vicios…

Cada mañana lo veo sentado en la tienda de abajo de mi edificio, cada mañana entro, corriendo para variar, a comprar mi desayuno de taxi y lo veo. Son las 7.30 am y ya hay a su lado una botella de ron blanco vacía y otra a medio terminar, o medio comenzar, según el grado de optimismo de quien esto lea. Su barba larga, sus ojos perdidos, su mirada enredada, sus pelos al viento, su todo habla del estado del que ya el vicio no le hace ni le deja hacer. Siempre lo veo de reojo, con respeto, sin meterme a su rancho, respetando su vicio. Hoy no me aguanté.

– ¿Y tú porqué bebes tanto? – Le dije con altanería y soberbia.

Y el sin inmutarse, se sonrío, me miró de arriba abajo, ahí tan ancho, con mi pinta de jefe que no quiere serlo, con mi camisa seria y mi mochila terciada, con mis zapatos brillantes y mis jeans un tanto desteñido, con mis lentes de nerd y mis pulseras de hippie, con mi todo, simplemente me miró y me dijo.

– ¿Y tú porqué trabajas tanto?- y me quitó la mirada.

Tal cual, cada quien tiene el vicio que quiere tener, el de él el alcohol, el mío, no sé a que horas, el trabajo. Así vamos.

 

Jungla urbana

Tiene como 45 años, unas pocas canas y cuerpo débil. Va moviendo lentamente, empuja y puja, empuja y puja, un paso a la vez. Es una lavadora, de esas viejas pero efectivas, la que lleva en la carretilla,  se ve que pesa más que un matrimonio a la fuerza y que ha tenido mejores épocas. El letrero, enorme, “se alquilan lavadoras  a domicilio” no hace sino sacarme una gran risa, se me viene a la cabeza eso de que la ropa sucia se lava siempre en casa.

Vengo subiendo del centro al norte de la ciudad en un taxi, paso por barrios desconocidos y calles extrañas. La mirada desde la seguridad del asiento trasero y el aire acondicionado siempre ayudan. No es tarde, aunque ya va cayendo el sol. Es viernes para más señas, día de frías van frías vienen, día de polvos anónimos, de risas fingidas y de quitada de mascaras.

En una esquina las veo, una tiene como 19 y la otra como 25  años, saben lo que tienen para ofrecer, sonríen como estúpidas y parece que no saben hacer más nada. Un tipo con pinta de Pedro Navajas (matón de esquina) las presenta a otros tipos con pinta de Juanito Alimaña (con mucha maña), sonrisas y tetas se mueven al unísono, esa noche habrá salsa, salsa, salsa…

El taxista intenta buscar conversación, siempre suelo hablar con los taxistas, tienen muy buenas historias y no cobran por contarlas, pero hoy no me provoca, vengo ensimismado haciendo varios planes y quiero que la mente esté en lo que debe estar.

En eso un grito de lado a lado me saca de mis pensamientos:

–    Margarita, ¿fuiste el domingo a misa? – Le dice una señora, 50 años bien puestos, camioneta modelo 2010 y cara de pocos amigos a otra señora en el carro a mi lado.

–    No, no pude ir, me enredé y al final no fui. Igual no me provocó mucho, el padre miguel se está volviendo como loco, no hace sino rezar y rezar. – Le responde la otra.

Quedo en un sanduche de gritos y religión, de charlas que no me interesan…

El trayecto es largo y yo ahí mirando, observando, ya saqué una hoja y empecé  a anotar, como siempre, ya no dejo nada al azar ni confío en mi cabeza, escribo todo, TODO.

En la puerta hay un niño, un pelao, mejor, tendrá como 13 o 14 años, grita, se supone que canta, algún tipo de música de la cual no logro interpretar el ritmo en la distancia, miro el contexto, una zapatería de esas pobres, pobrecitas, a las  que se le ve que no hubo mejores épocas pero que está extrañamente adornada con un enorme letrero lumínico, como de bar de putas, que dice “OPEN”.

Nos acercamos al norte, la tarde cae y el sol se esconde, yo tengo algunas ideas más claras y otras que nada tienen que ver anotadas en un pedazo de papel, son estas líneas claro está.

Por la 46 con alguna carrera que ahora no recuerdo, cuatro mariachis ajustan sus instrumentos, recuerden, es viernes por la tarde, noche de serenatas y llantos de amor, de cantos y dedicatorias, hay chavela, chavela, chavela…

Siempre he sido hiperactivo y acelerado y eso, quieras o no, te impide muchas veces observar el paisaje. Últimamente camino, me desplazo, observo, recorro y pienso, lento, muy lento por las jungla urbana de Curramba, ando en otro viaje, mejor dicho en otros viajes.

 

Quinto DELM Barranquilla: Branding&Marca

 

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Y se vino el quinto DELM Barranquilla.

El evento en el que los entusiastas barranquilleros de la web se reunen a conversar los más variados temas del entorno dospuntocero cada vez toma más fuerza y acoge un espectro de temas más amplio.

En este quinto DELM el tema del que conversaremos será el branding personal y empresarial. La marca personal y empresarial creada a través de las redes sociales y cómo un buen uso de la web puede verse retribuido en un reconocimiento para la marca que manejemos.

La cita es el domingo 21 de marzo a las 11 am en la Cra. 47 No. 70-204 Club de Amigos (Ver mapa En este link).

De igual forma, los que no puedan asistir de manera presencial podrán ver el evento a través de nuestra transmisión vía streaming en nuestro canal de señal en vivo.

Al evento asistirán los diversos trabajadores de la web barranquilleros y como invitado especial Adrian McYorian, realizador audiovisual barranquillero que nos contará su experiencia de creación de marca a través de la red con su webshow “las crónicas del último DJ“, espacio con el cual ha ido creando una marca personal, atrayendo reconocimiento público para el (y de paso para su empresa) tanto en Colombia como en el exterior. Lo pueden seguir en twitter @mcyorian

Y de manera “virtual” (Vía Skype) nos acompañará desde Barcelona, Esp. Joan Jimenez, brand angel y autor de varios ebooks referidos al branding personal como estrategia de trabajo en las redes sociales (además de ser el creador del concepto Spoonch, la brandguide y otras locas e interesantes ideas con el branding como motor). Lo pueden seguir en twitter @joanjimenez

Pueden ver el video promocional del quinto DELM en este link

Proyección Final “Cucinema”, pintura sobre film 16 mm

Duramos toda una tarde pintando, unos con mas y otros con menos éxito, pero todos metiendo mano en esa gran espiral de film de 16 mm.

Yo en particular, de manera muy tímida dadas mis escasas habilidades con el dibujo, me arriesgué a hacer algunos garabatos, a poner letras sobre letra y en el mejor de los casos a intervenir alguna pintada de otro pero el hecho es que de toda esa obra colectiva de intervención visual quedó un resultado final bastante interesante sobre todo al ver como rodaba la película con la banda sonora grabada in situ, la mezcla entre pinturas y dibujos hechos por nosotros y escenas del film original y la manera de proyectar al estilo de cualquier proyección de los lejanos Hermanos Lumiere rodando de manera (casi) sincrónica video y musicalización ubicados cada uno en un dispositivo distinto.

7 minutos de pura experimentación, ¿ven algo además de locos rayones? ¿qué ven? ¿qué leen? ¿que escuchan?

Este video hace parte del Proyecto 365 y fue publicado el Día 39.