La vida se parece a los sueños…

“Se parece el mango al jobo, papayuela y fruta fresca, la guama a la cañandonga tamarindo y algarrobo, la pitahaya al torombolo y el melón a la patilla, la uvita a la pimientilla cocohombro y calabacin…” Décimas – Carlos Vives

La alegría lo invadía,con 11 años acababa de cobrar su primer salario. Toda una tarde de elevar cajas, una a una hasta alcanzar 234. No quería ni imaginar lo que haría con todo el dinero. Podría pagar el curso de baile y canto que tanto quería hacer y que la pobreza de sus padres no podía permitirle, podría comer muchas golosinas, podría, podría, tantas cosas que podría hacer.

Se sentó en una esquina a descansar y pensar, La suave brisa empezó a mecerlo y finalmente cayó dormido con todo el peso de la dura jornada.

Durmió mucho tiempo, en sus manos apretaba el sobre con el dinero que tanto trabajo le había costado conseguir.

En una calle cercana Cachirul y El Pomas caminaban con mucho swing y actitud desafiante, estaban acostumbrados a ser los chicos malos del barrio y les gustaba ir por ahí asustando a unos y sacando dinero a otros.

– hay que lindo el, míralo dormidito en la acera. – pilas malparido levántese o es que le vio cara de hotel a nuestra calle. – tonces que, se levantó de una huevon.

En la profundidad de su sueño oía voces lejanas y unos rostros nada familiares se aclaró la vista y vio a un par de mal vestidos, que con aires de grandeza le gritaban. Se levantó sin prisa y sin entender mucho.

– Que pasa? quienes son uds.? – Que quienes somos? mira a este hijueputa que se ha creido. – Vamos a darle bien duro pa’ que respete.

Cuando tienes 11 años no te puedes defender de dos malandros como estos, pensó, pero que carajos, no iba a permitir que le quitaran lo que había conseguido, esta vez si, con el sudor de su frente.

Empezó a cantar, les hablaba en varios idiomas, estaba como poseído, hacia movimientos de danzas que parecían de pelea, la gente se empezó a amontonar a su alrededor, le hacían coros y aplaudían. Atónitos los dos malandros no entendían nada, sólo miraban y no sabían si irse o quedarse, pero algo tenían claro: a este no podrían robarle.

Una ambulancia pasó a toda velocidad haciendo retumbar la sirena como si se acabara el mundo. Abrió los ojos, la luz del sol le dio en todo el rostro y cuando volteó el rostro ahí estaban Cachirul y El Pomas esperando que se levantara para, en el mundo real, culminar lo que empezaron en el mundo de los sueños y aquí si no lo salvaría nadie.

Offside
No logro hacerlos como quiero pero ahí voy probando, esa es la idea.

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Aviso parroquial.
No dejen de pasar hoy por el Vlog internacional que hay un nuevo video al aire, el tema de hoy: arquitectura en las ciudades (ver Grupo A — Ver Grupo B) y pásense también por Ventana al Mundo, el tema de hoy: Iglesias

7 thoughts on “”

  1. Me hizo sonreír la inteligencia del actor del cuento para llamar la atención y librerse de los malos, pero sabe, era el momento mejor del sueño para que se despertará, sniff!!Lo haces muy bien.Un abrazo cálido con lluvias de alegría para tu alma!

  2. Falto algo de desarrollo en el momento que se desperto, pero me ha gustado mucho… cuando empiezas a escribir en cuentos?PD: Ya esta aquella cosa verde empacada?

  3. Muy lindo el cuento… jejjee 😀 Malditos ladrones, me caen mal!!! Hace rato no pasaba y ahora estoy desatrasandomeUn abrazote

  4. Armadillo!Bacaneis la historia. Me acuerda de un amigo que cuando tenía que caminar por la noche por las calles más peligrosas de Bogotá -mi amigo tenía que ahorrarse la platica a toda costa, así que en lugar de los buses, buenas son las piernas-, siempre iba cantando lo más alto posible y gesticulando todo lo que podía. El decía que a nadie se le ocurriria robar a un tipo loco… yo creo que la música lo protegía: a pesar de sus muy peligrosas caminatas, nunca lo robaronsaludosomchamathttp://lasmiradasperdidas.blogspot.com

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