Hitchcock decía que la mejor manera de vender el suspenso era poner una bomba bajo la mesa donde dos personajes conversan y que el espectador lo sepa y los personajes no, así mientras ellos hablan tranquilamente el espectador estará todo el tiempo esperando la explosión.
Pero y si la persona si sabe que lleva la bomba porque le aprieta en el cuello… ¿no hay suspenso?
El jueves fue el inicio al Festival de Cine digital DIBA y la primera película en competición que se emitió fue PVC-1 un film, realizado por Spiros Stathoulopoulos un cineasta colombo-griego, que cuenta la historia de Elvia Cortez y el famoso odiado mediatizado collar bomba.
A decir verdad la tan común magnificación de los tópicos de la violencia en Colombia y el hecho que siempre se quiera mostrar a través de nuestra incipiente cinematografía el monotema de nuestra guerra interna me aburre sobremanera por lo que mi interés inicial de ver la película era puramente profesional; como realizador audiovisual que soy me interesaba ver como había desarrollado el realizador el único plano secuencia de más de 80 minutos de duración del que consta la película. Antes sólo había visto un plano secuencia tan largo en la película La Soga una muy buena película de Hitchcock y por eso quería ver como lo resolvía Stathoulopoulos y si conseguía hacer una muestra fluida con las ventajas y limitaciones que tiene este tipo de planos.
No hay mucho que decir de la película ni del manejo de la misma a nivel visual, el director maneja de buena manera la narración y el uso del steadycam permite que el ritmo de la narración sea constante y fluido, algún plano se pasa de tiempo o hay algún silencio que no transmite nada pero a grandes rasgos se desarrolla sin contratiempos. Usa mucho los acercamientos a los protagonistas lo que aumenta la carga emotiva y hace que el tono de angustia crezca a buen ritmo. En definitiva, la parte AV que me interesaba contrastar excelente; no me gustaron algunas cosas del guión o de las actuaciones pero el plano secuencia paga la entrada. Por si les interesa miren el trailer.
Pero algo extraño pasó.
Cada palabra de los encapuchados, cada grito de los protagonistas, el intento de heroísmo del policía dentro de sus mismas limitaciones, los rezos angustiosos de la victima, la tristeza de su familia impotente sin poder hacer nada y ese ruido seco, cortante de la bomba explotando cuando se creía que se estaba a punto de desactivarla me remitieron a ese mundo, esa realidad colombiana de la que siempre estoy un poco alejado.
Se acabó la película y me quede sentado en la silla viendo rodar los créditos con algo raro en la garganta, detrás mio estaban todos los miembros del jurado joven, una de ellas, conocida mía, me preguntó que me pareció la película y yo que siempre tengo una opinión para todo me quedé pensativo y no pude responderle nada.
Creo que ese nudo en la garganta que me quedó bien podría llamarle dolor de patria.
Aún así el sólo dolor de patria es aire y pajas mentales que no logran que nada cambie pero ¿que puedo hacer en la distancia para que esto cambie?
Offside
Si pudo García Marquez en París porqué no yo en BCN.