Descansando del carelibro… o como cerrar mi Facebook y no morir en el intento.

dios y demonio en FB

Una estadística que me dijeron algún día y que no sé si es verdad o simple leyenda urbana es que Colombia es el 4to país a nivel mundial y el 1ero en Iberoamérica en número de usuarios de Facebook.

Si es verdad no me extraña para nada, pues es evidente que las cualidades y herramientas del popular “carelibro” se prestan para el chisme y Colombia para bien y para mal es un país de chismosos.

Algunos dicen que es el diablo, otros que es el mejor sitio para chismosear, otros los usan como un simple espacio desde donde socializar, otros buscan amistades y hasta pareja a través de él y más de uno lo usa como escaparate de sus propuestas artísticas y de todo tipo. Yo siempre he dicho que las herramientas son satanizadas, la herramienta muestra lo que tú quieres mostrar, FB tiene mil aspectos de privacidad que la mayoría de gente por entrar corriendo a la moda de abrirse su cuenta porque “toca estar en la película de la vaina esa de facebook” no se percata y ni intenta averiguar cómo funcionan, después vienen las quejas que porque el jefe vio esas fotos mías en la tina medio borracho o porque mi novia vio la foto en donde salgo abrazando a nosequiencita… hey, si esas fotos las subiste TU o unos de tus amigos (que mucho HP también) pero al menos tienes la posibilidad de quitarte el tag, en fin se culpa a la herramienta cuando lo que falla es el uso que hacemos de ella.

Yo conocí el FB en el 2007 y pese a que nunca me ha atrapado del todo puedo decir que soy un usuario activo. Pienso en él como una herramienta que además de permitir restablecer viejas amistades y generar un espacio de contacto directo con amistades y familia permite, al menos a mí desde mi posición de generador de contenidos escritos y audiovisuales para Internet, generar un círculo social al que mostrarle las cosas que haces y recibir retroalimentación.

Aun así, hay mil vainas del carelibro que no me gustan, como la multitud de grupos generados sin ton ni son y mucho menos razón, todas las aplicaciones de juego, que si las guerras de pandillas, que si de qué color es mi aura ¡Dios¡ mascotas virtuales y hasta una cerveza me enviaron el otro día, que si averigua que significa tu nombre, que qué tan bien besas y mil encuestas más que no me interesa en lo más mínimo llenar.

El tema foto y video es otro rollo, la gente que sube fotos de sus vacaciones a lugares exóticos o de fotografías interesantes que han hecho, videos generados por ellos mismos o cualquier contenido con el que pueda ver una mirada más desde la cotidianidad de cada persona tiene asegurada mi visita, pero los mil y un álbunes que se suben cada lunes después de la parranda del fin de semana y los videos de Peter Dangond Vargas en vivo en laescollera/froggless/meimportaunpitodondetocaronesefindesemana o las fotos de amor y romance no me interesan en lo más mínimo.

Otro tema espinoso es ¿a quién aceptamos en nuestro Facebook?, si hay algo que ha conseguido el Facebook es que ha logrado cambiar el significado de ciertos conceptos, al menos no me creo que sea posible que yo tenga 900 amigos, en el mejor de los caso conocidos, contactos o personas que conozco pero nunca amigos, palabra con alto contenido explosivo y muchas cualidades como para decirla a la ligera, aun así al comienzo pequé por novato y personas que no conocía las acepté como “amigos”, de todos modos hoy día haciendo un cálculo a vuelo de pájaro digo que del 100 % de mis contactos a un 70% lo conozco en persona lo que significa desde “me cargó cuando era bebe”,” jugamos juntos cuando teníamos 5 años” o “fuimos al colegio juntos” hasta “nos tomamos una cerveza un día con un grupo de conocidos en común y a partir de la foto en la que nos taggearon me agregó” y bueno, que carajos. El otro 20% se divide en conocidos de internet, de blogs, videoblogs y cosas por el estilo con los que si bien no me conozco en persona hemos trabajado en proyectos colaborativos o cosas parecidas y un porcentaje mínimo del 10 % es gente que me agrega sin conocerla pero que me dice “hey que yo leo tu blog”, o “hey estoy trabajando el mismo tema que tu sobre video por internet” y así sucesivamente, eso sí siempre que me llega una solicitud de amigo de alguien que no conozco le pregunto porque me agrega y de donde nos conocemos, como la respuesta sea “no nos conocemos pero podemos hacerlo”… señor, señorita good bye, buena suerte y que Dios te bendiga, no quiero hacer amigos a través del facebook, menos amigos que no son amigos sino un número más y sobre todo un espía más.

Como siempre, empiezo a escribir y me digo, tres párrafos ni uno más. Hoy tampoco lo cumplí; es igual, toda esta cháchara es simplemente para decir cuánto se ha metido el Facebook en nuestra cotidianidad y nuestro día a día y cuanto necesito descansar de él.

Así que aprovechando la semana santa, las visitas que vienen, todos los trabajos que tengo pendientes de mi oficina y del doctorado y lo mucho que necesito descansar del “tienes una nueva notificación: pepito de los palotes ha comentado en una foto tuya” me tomaré unas vacaciones virtuales y cerraré mi facebook de manera momentánea.

Claro está, como Wilfrido… volvereeeee, volvereeee.

Nos vemos por las esquinas y no hagan mucho desorden mientras estoy fuera…

enganchado al Fb?

6 thoughts on “Descansando del carelibro… o como cerrar mi Facebook y no morir en el intento.”

  1. ah carajo! con razon no has visto el trailer de la pelicula que te recomende… y N. y yo pensamos que era precisa, PRECISA para ti… otro dia sera.

    Yo tambien me tome un par de semanitas cero-facebookeras y sobrevivi.
    Las fotos que he colgado estan alli unicamente para que la familia las vea… bueno, y para darle papaya a los amigos. Para mi es eso, darle papaya a los amigos pa que se burlen, nunca lo he tomado personal. Los grupos de iniciativas idiotas me caen gordos. Los unicos juegos que me gustan son los que son la version cibernetica de los de mesa que no tengo tiempo de jugar pero me gustan: risk y scrabble. De resto, la uso como herramienta de comuncacion rapida, de la misma manera que los txt y los emilios… p’al resto esta el telefono!

Leave a Reply to Santiago Sarmiento Ortiz Cancel reply

Your email address will not be published.