El ruido por el movimiento de las sillas y mesas unido al fondo musical rompieron el habitual silencio en mi lugar de trabajo matutino. Si trabajara en una sala de conciertos o algo por el estilo esto no comportaria problema alguno pero si trabajo en una de las bibliotecas de la universidad en donde estudio si que cambia el panorama de cada día.
Los pocos estudiantes e investigadores que soportaron el ruido de buena gana y que se mantuvieron hasta el comienzo de la presentación pudieron ver recompensada esta espera con una magistral combinación de voces masculinas y femeninas perteneciente a L’Ensemble Vocal Soli- Tutti de la Université París VIII.
A mi, que siempre me ha gustado el sentir de la música y todo lo que esta transmite desde sus diversos géneros aunque con un visible y marcado gusto más inclinado hacia lo profano que hacia lo clásico, este tipo de espectaculos me gustan más que por el tipo de música que sea
interpretada por la posibilidad de poder ver cara a cara a su interprete quien con su expresión eleva -al menos para mi- el sentir y la pasión del sonido transformándolo en arte.
El concierto consistió en obras polifónicas de los siglos XX y XXI de diversos compositores las cuales fueron del agrado del publico asistente que premió cada una de las interpretaciones con grandes aplausos.
Mientras las habiles manos del director se movian de un lado al otro marcando tiempos y tonos, yo, en una esquina, sólo llevaba el ritmo al son de do, re, mi, fa, sol, la, si… 7 notas, 7 tonos 7 expresiones del poder de la voz humana.
Offside
Comienza una semana más… ¿¿¿hasta cuando???