Caminando, corriendo, en el autobus o en el metro lo sientes siempre. Se palpa en el ambiente y en los altavoces que cuadruplican su información. Es extraño al comienzo y al final se vuelve la razón de todo, es curioso, llamativo, interesante y una fuente de incesantes anecdotas.
Llega el día en que te das cuenta que eres un habitante de Babel, que caminas a traves de una eterna torre en la que todos conocemos de todos y de ninguno, en la que todos oímos pero no interpretamos, en la que todos sentimos pero no vivimos.
Pero provoca espiar, mirar, escuchar y sobre todo verse reflejado en las historias del otro.
Y es que hace rato yo también me siento todo un habitante de Babel
Sigo pensando, sigo oyendo, sigo grabando…
Offside
One week left… just one.