En la puerta del metro Fadul, rostro demacrado, mirada perdida, manos destrozadas por el trabajo intenta hacer sentir lastima a la multitud, habla de hijos, de hambre, de responsabilidad, de sentimiento.
Hugh pasa a su lado, lo esquiva para no manchar su traje de 1000 euros y piensa para si mismo “Y yo que culpa.”
Masis Y eso que apenas empieza la navidad.