Category Archives: por las calles

Cada cabeza es un mundo…

Carles le estaba pegando con un periódico envuelto al reproductor de CDs mientras gritaba enfurecido “funciona, funciona maldita que recién cambié tus baterías”. A su lado Joan hablaba por el móvil, mejor, discutía por y contra el móvil “me cago en la puta que te parió, me cago en la leche y me cagoentooo”. Inma, impasible observaba la escena con la paciencia y la tranquilidad de quien lo ha visto todo muchas veces, bueno tranquilidad o más bien aletargamiento de quien ha consumido todo tipo de drogas durante años y años. En realidad la única cuerda o la menos extraña en ese circo de locos era Ainhoa y los miraba a todos con aires de matrona costeña.Sumadas todas las actitudes de estos llamativos personajes la ecuación resultante sería al menos un paisaje de lo más curioso; aun así, ahora último para mi ya no lo es tanto, cada tarde que paso por la Plaça Diamant con dirección a mi trabajo me los tropiezo, más bien se los tropieza mi vista y es que es difícil no fijarse en un grupo tan dispar y tan homogéneo al mismo tiempo.

Lo se, algún día tendré problemas por ese afán, esa droga descubierta recientemente que es escuchar a la gente y sus historias.

Es temprano todavía para entrar a trabajar, toca quemar algo de tiempo. Me acerco con disimulo y sonrío al ver la pelea hombre-máquina; pido fuego, la excusa más simple y vieja del mundo para acercarme a la gente más simple y más vieja de Barcelona, ” que frío hace” digo siguiendo con las excusas. Me siento disimuladamente en la banca, en SU banca, y empiezo a dar caladas a mi cigarrillo mientras espero que me cuenten su historia.

Viajes, peleas, decepciones, problemas familiares, amores, desamores, alcohol, drogas, mucho sexo, poco sexo, traiciones. Me siento escuchando el guión narrado de cualquier tragicomedia griega, pero no, es Barcelona y el único Homero que hay es el de la camiseta de Carles que dice oouucchhh.

Como siempre, me limito a escuchar y a dar sorbos a mi lata de coca cola, miro el reloj, todavía faltan 30 minutos para empezar mi rutina, me acomodo para seguir escuchando a Ainhoa y sus eróticos cuentos de viejas, viejas anécdotas veraniegas y en eso Carles se voltea y pregunta que quien soy. Me provoca hacer control+c y control+v a su historia y lo hago, les hablo de viajes, peleas, decepciones, problemas familiares, amores, desamores, alcohol, drogas, mucho sexo, poco sexo, traiciones. Y como es de esperarse… no me creen.

Me echan de su lado, de SU banca, de SU compañía.

Me alejo, no porque me hayan echado sino porque es hora de trabajar. Estas charlas no me llevan a ningún lado, ni a más ni a menos simplemente funcionan como un catalizador de ires y venires.

Es curioso darse cuenta una y otra vez que la gente no es buena ni mala sino todo lo contrario.

Offside
Próximo regalo de navidad: Una cámara escondida, estos rollos mentales merecen ser grabados.

Cada cabeza es un mundo…

Carles le estaba pegando con un periódico envuelto al reproductor de CDs mientras gritaba enfurecido “funciona, funciona maldita que recién cambié tus baterías”. A su lado Joan hablaba por el móvil, mejor, discutía por y contra el móvil “me cago en la puta que te parió, me cago en la leche y me cagoentooo”. Inma, impasible observaba la escena con la paciencia y la tranquilidad de quien lo ha visto todo muchas veces, bueno tranquilidad o más bien aletargamiento de quien ha consumido todo tipo de drogas durante años y años. En realidad la única cuerda o la menos extraña en ese circo de locos era Ainhoa y los miraba a todos con aires de matrona costeña.Sumadas todas las actitudes de estos llamativos personajes la ecuación resultante sería al menos un paisaje de lo más curioso; aun así, ahora último para mi ya no lo es tanto, cada tarde que paso por la Plaça Diamant con dirección a mi trabajo me los tropiezo, más bien se los tropieza mi vista y es que es difícil no fijarse en un grupo tan dispar y tan homogéneo al mismo tiempo.

Lo se, algún día tendré problemas por ese afán, esa droga descubierta recientemente que es escuchar a la gente y sus historias.

Es temprano todavía para entrar a trabajar, toca quemar algo de tiempo. Me acerco con disimulo y sonrío al ver la pelea hombre-máquina; pido fuego, la excusa más simple y vieja del mundo para acercarme a la gente más simple y más vieja de Barcelona, ” que frío hace” digo siguiendo con las excusas. Me siento disimuladamente en la banca, en SU banca, y empiezo a dar caladas a mi cigarrillo mientras espero que me cuenten su historia.

Viajes, peleas, decepciones, problemas familiares, amores, desamores, alcohol, drogas, mucho sexo, poco sexo, traiciones. Me siento escuchando el guión narrado de cualquier tragicomedia griega, pero no, es Barcelona y el único Homero que hay es el de la camiseta de Carles que dice oouucchhh.

Como siempre, me limito a escuchar y a dar sorbos a mi lata de coca cola, miro el reloj, todavía faltan 30 minutos para empezar mi rutina, me acomodo para seguir escuchando a Ainhoa y sus eróticos cuentos de viejas, viejas anécdotas veraniegas y en eso Carles se voltea y pregunta que quien soy. Me provoca hacer control+c y control+v a su historia y lo hago, les hablo de viajes, peleas, decepciones, problemas familiares, amores, desamores, alcohol, drogas, mucho sexo, poco sexo, traiciones. Y como es de esperarse… no me creen.

Me echan de su lado, de SU banca, de SU compañía.

Me alejo, no porque me hayan echado sino porque es hora de trabajar. Estas charlas no me llevan a ningún lado, ni a más ni a menos simplemente funcionan como un catalizador de ires y venires.

Es curioso darse cuenta una y otra vez que la gente no es buena ni mala sino todo lo contrario.

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Próximo regalo de navidad: Una cámara escondida, estos rollos mentales merecen ser grabados.

Volviendo a los inicios…

Omsk Recordando, reinventando y repasando Madrid

La buena memoria no es, definitivamente, mi mejor cualidad; no es despiste (y menos alpiste) simple y llanamente las mil cosas, proyectos, ideas, pensamientos y rollos mentales que mantengo en mi cabeza hacen que viva un poco recordando mi día a día a punta de notas y recordatorios en el móvil.

Por eso ir en un bus por las calles de Madrid y reconocer(me) sin ningún problema (en) los antiguos espacios en donde viví y sentí lo que era empezar a vivir la vida de este lado del charco no tiene precio. Empezó recordando el campo donde jugaba Ultimate, pasó después reconociendo aquel bar donde vi más de un partido de la escuadra merengue, continuó pasando frente a mi antigua universidad
y terminó repasando los bares de Malasaña donde más de una copa corrió a cuenta de los amigos del ahora lejano master.

Paseando este fin de semana por las calles de Madrid sentí que mi paso por ella aunque corto fue muy significativo para todo lo que tengo hoy en día. De igual forma me di cuenta que no alcancé a sentir del todo la ciudad; es decir, viví al máximo la ciudad, me la estudié, me la fiestie, me la conocí, me la pasee y me la sentí pero aun así considero que me faltó mucho por interiorizar de la ciudad… da igual, para todo habrá tiempo.

Para el recuerdo, unas imágenes, no mentales sino reales de la ciudad que me aguanto 7 largos/cortos meses.



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Como dijo el maestro… Gracias totales.

Cinco maneras de verlo…

Creo que el tipo que iba en la bicicleta casi muere de amor pues al verse de frente con la moto que casi lo deja en átomos volando se limitó a decir con su voz plena de vino “disculpe y que tenga un buen día de San Valentín”Ni San Valentín ni nada, yo corto rápido, muy rápido las verduras que darán de comer a varios que festejan el día, volteo para controlar todo lo demás, cuchillo entra, sale y ahí va, corte transversal en mi dedo, corte fugaz y poco profundo como los de las últimas semanas pero que hace salir sangre, rojo pasión, no me hace falta un querer, pero eso me recuerda y me hace venir a la mente una canción, “que pongan más bajos los techos del cielo por mucho que salto no llego…”

Por la plaza de la revolución pasean cuatro parejas, cada una de las mujeres tiene su respectiva rosa en la mano menos una de ellas que eleva sin rubor su mano vacía, se me ocurre que sea la única que no esta con su pareja pero el la abraza… supongo que es la única mujer del mundo que no se molesta porque las demás tengan rosa y ella no, eso o el tipo duerme hoy en el sofá.

El cartel que invita a la fiesta me llama la atención más de lo normal, me acerco y lo detallo, la invitación es para una fiesta SIN VALENTÍN, me río al imaginar el diseñador del cartel sólo, íngrimo, en su casa con una cerveza en la mano y la mano en el control de la TV mientras busca porno gratuito pues no hay para más, quien lo manda a andar “SIN VALENTÍN”

De lejos parecen una pareja normal, ella pelo rubio largo, el, ¿el? pelo corto casi al rapé, no son nada agraciados ninguno de los ¿las? dos, no se porqué será pero al besarse justo cuando paso a su lado siento que es el beso más real y más sentido que he visto en toda la noche.

Ti sento vivere.. in tutto quello que faccio e non faccio

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Feliz día de san Valentín para todos aquellos que lo festejan….
(y la huelga llegó a su fin con funestos resultados o quien sabe a lo mejor no….)

De turista… una vez más

Cuando llevas tiempo viviendo en una ciudad, cuando ya sientes que juegas de local en ella te das cuenta que hay mil sitios que no visitaste cuando eras un recien llegado con la vieja excusa de “ya lo conoceré la próxima semana” y nunca fuiste.Mil espacios que no paseaste, mil fragmentos de ciudad que no degustaste y mil rincones que viviste muy de prisa y no asentaste en tu memoria gráfica.

Pero para eso siempre están los amigos que vienen de turistas a la ciudad, así que este fin de semana aproveche la visita de Diana y Pao para ser turista en BCN por un par de días. Sitios en los que había estado hace mucho tiempo se dejaron disfrutar de nuevo y vivir a través del lente.

Los dejo con unas cuantas imágenes del Parc Guell, la Sagrada Familia, la Casa Battlo, un conciertos de músicos callejeros en el Passeig Maritim y la playa de la Barceloneta. (todas las fotos en mi Albúm Web)

La Casa Battlo

La Sagrada Familia

El Parc Guell

Músicos en el Passeig Maritim

La Barceloneta y alrededores

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En estado de huelga, increíble pero cierto.

Valió la pena…

De verdad no pienso enrollarme a hablar ahora sobre lo que se siente al ver la potente respuesta de miles de compatriotas alrededor del mundo por un motivo que de verdad valga la pena.Hasta tener que aguantar escuchar que orgulloso me siento de ser un buen colombiano y otras melodías típicas valió la pena por ver las miles de banderas colombianas en la Plaça Sant Jaume y el grito al unísono de NO MÁS FARC, NO MÁS FARC.

Menos hablar y más actuar, les dejo mi visión de la manifestación, la prometida, la de siempre… a 25 frames por segundo.

[blip.tv http://blip.tv/play/AaiDfQA]

(Imágenes de la manifestación en la Seccion Fotogramas)

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Barcelona a veces si … a veces no.

Cuanta historia de vida sin contar

– Si eres negro y africano te miran siempre de lado y los trabajos que te ofrecen son trabajos de mierda, trabajos a los que no todos por ser de africa estamos acostumbrados. Yo he intentado de mil maneras trabajar en mi arte y ha sido imposible.

Las manos gastadas, algunas canas prematuras y el cansancio en sus ojos marcan a primera vista lo duro que ha sido el proceso migratorio para Kaluk.

Lo conocí­ de una manera extraña, básicamente fue un “Mi oí­do en tu ventana” pero al revés, esta vez al que oyeron fue a mi.

Iba en el tren hablando por el móvil, ultimando detalles de la organización  de la comparsa del Carnaval de Barranquilla en Barcelona y comente con mi interlocutor que mientras el cupo de mujeres ya estaba lleno todavía hacían falta más hombres que quisieran bailar el Garabato.

– Yo se bailar y muy bien, hice danza clásica y danza moderna y bailaba en un grupo de ballet-
me interrumpió bruscamente el -en ese momento- desconocido Kaluk

-¿Ehhh??? – tal intromisión en mi conversación, dura y directa, me descolocó.

Me pidió disculpas por escuchar mi conversación a la vez que reafirmaba sus dotes para la danza, creyendo -supongo- haber encontrado  a ese agente que le devolverí­a a las tablas, que le devolverí­a la ilusión con la que muchas noches habí­a soñado.

Asumo que, una vez más, derrumbo sus  sueños cuando le expliqué que yo no representaba a ninguna compañía de danza ni nada por el estilo sino una simple Asociación Cultural totalmente voluntaria y en la que quienes bailan lo hacen por amor a sus raices.

Su cara se apagó, la alegrí­a o expectativa de minutos antes se esfumó rápidamente.  Se disculpó nuevamente y se volvió a encerrar en su pequeño mundo.

El tren siguió andando, todaví­a me quedaban unas cuantas estaciones para mi destino, es en esos momentos muertos en donde surge ese espí­ritu preguntón e interesado en conocer mil historias de vida que vengo cultivando hace un tiempo. En una única frase le preguntó varias cosas.

Como un resorte brinca, parecí­a que hubiera estado esperando mis preguntas; a decir verdad pregunto porque eso todaví­a no paga impuestos pero dado el caracter reservado -un cliché más- de los africanos no esperaba más que escuetas y poco comprometedoras respuestas. No, Kaluk de escueto tení­a poco, su locuacidad competí­a con la del más hablador de los habladores.

Viene de Guinea Ecuatorial, paí­s africano de donde salió -como casi todos los inmigrantes- con miras a un futuro mejor, no dejo ni esposa ni hijos pero si a su madre y a seis hermanos. Llegó a España hace seis años, pero antes estuvo dos en Inglaterra, paí­s al que no quiere volver nunca porque “acá me podré quejar del trato, pero al menos puedo llegar algún día a  ser alguien, pero allá ni existía, no quiero eso para mi vida de nuevo”. Después de 5 años trabajando en “lo que saliera” -denominación que incluye trabajar como camarero, peón, limpiador,albañil y hasta portero de discoteca- hace un año logró conseguir el anhelado permiso de trabajo.

Aunque fuera bailando y en montajes teatrales, en su lejana Guinea siempre habí­a trabajado muy duro,  por lo que aunque tuviera que cambiar el registro no le fue dificil adaptarse al estresante diario vivir; eso si, con dos trabajos y poco tiempo para descansar trata de
dedicar tiempo a sus amigos de Guinea y de todas partes pues dice que si hay algo que le
gusta de Barcelona es el poder compartir con gente proveniente de diversas culturas eso si “con los catalanes no tanto, tendré uno o dos amigos y ya está pero es que son muy cerrados”.

– Propera estació Fontana –  dicen los altavoces del Metro.

Se aproxima mi parada y quisiera seguir preguntándole mil cosas, plasmar sus vivencias,  plasmar su duro camino como un recordatorio mas que por mucho que nos quejemos por nuestras duras etapas siempre hay alguien que le han tocado más piedras en la ví­a.

Se me ocurre. Plasmemos su historia en 25 frames por segundo, la historia que no se cuenta se pierde.

– Dame tu email y asi te escribo a ver si  hacemos un documental sobre tu experiencia como inmigrante
– le dije con afan pues el tren ya entraba a la estación.

¿ mi que?– me contesta con cara de extrañeza

– tu correo electrónico– le digo yo más extrañádo aun

– no se que es eso-
reconoce con algo de pena.

El tren para, me tengo que bajar, ya voy tarde a mi cita, le pido el teléfono mientras me bajo corriendo, se cierran las puertas y me faltan dos digitos…

Otra historia de vida que sólo se quedara en la cabeza del que la vivió.

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Quisiera poder tomar un jet, comprar un pastel con 48 velas, plantarme en Bello Horizonte y cantar con mi horrible voz el cumpleaños feliz más sentido y añorado del mundo, pero no puedo, entonces no me queda más que decirte por esta ví­a cuanto te quiero. Feliz cumpleaños Mamá.

Esos días en la loca BCN…

Llueve en Barcelona, no es el diluvio universal pero caen gotas algo fuertes; como en toda ciudad grande la lluvia no es excusa para no continuar con la vida cotidiana. Escondo la agenda dentro de la chaqueta, me subo la capucha y sigo caminando.En la esquina hay un gran camión, dentro de el se estira un señor mayor, su conductor supongo, parece esperar a que le den la orden de descarga, mientras, Steinkjer mata su aburrimiento tocando con GRAN escándalo una extraña corneta, tatatatatatatatata, una señora que caminaba con descuido da un brinco por el inesperado susto, el señor se rie y muestra una horrible dentadura, yo también me rio aunque un poco más disimulado… lo siento señora no pude evitarlo.

Sigo bajando por la Gran Via, veo una multitud de paraguas, rojos, negros, grandes, pequeños, gruesos, delgados hasta en eso se ve la multiplicidad barcelonesa, en la esquina de Aribau una pareja se cubre mutuamente en un gran, gigantesco, paraguas azul, se besan apasionadamente generando su propia ola de calor, mientras tanto los demás nos morimos del frio y de las ganas, pienso “te compro tu novia, no voy a regatear el precio ni de pronto el valor”.

Yo camino hacia ella y ella hacia mi, yo llevo unos zapatos deportivos y ella va descalza, yo soy colombiano y ella rumana, ella me pide una moneda para comer y yo la esquivo pues el sentimiento de culpa habitual en estos casos no me da para tanto estos días de banco en blanco.

Paso por la Ronda Sant Antoni, desde lejos me la quedo mirando, me parece que es muy
temprano para que ya estén por su zona, ella me ofrece un beso y un poco de amor, no es fea tampoco es guapa, lastima que no me gusten las putas, hablamos
en otra vida linda.

Revolotean por mi mente los Fabulosos Cadillacs Siempre habrá vasos vacíos, con agua de la ciudad la nuestra es agua de río mezclada con mar, no importa el porqué, sólo sigo caminando; me canso de la lluvia, voy al paradero de bus. 5 minutos… 10 minutos… 15 minutos, nada que pasa el bus, en eso oigo una delicada voz femenina “me cago en la puta huelga de los buses no podré ir a casa a comer”, ni manera tocó hacer como Jhonnie Walker…. Keep Walking.

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Vengas o no vengas siempre estás revoloteando en mi cabeza… si vienes pues mejor.

¿Quién es el ausente?

Camino por los pasillos de la exposición “Ausencias” en la Casa América de Catalunya, fotografías de un antes y un después que muestran el dolor de la falta del ser querido,
es otro contexto (la época de la represión militar en Argentina) pero me remite a mis pensamientos.

Salgo y empiezo a caminar, se me vienen a la mente los Abuelos de la nada y sus “Mil horas” “Hace frío y estoy lejos de casa hace tiempo que estoy sentado sobre esta piedra…”

Mientras tanto en un avión ella viaja directo a encontrarse con la realidad que dejó atras hace un tiempo, ¿tiene miedo? ¿tiene pavor? ¿que espera encontrarse? ¿que tiene? supongo serán sentimientos encontrados pero al mismo tiempo mucha, mucha alegría.

Me tropiezo con un Papa Noel que con acento de ciudadano de Europa del Este me desea una
navidad llena de regalos y un feliz año nuevo mientras le mira el culo a la rubia que pasa a
su lado, ya se cual ese el regalo que quiere el…

Trabajo con una energía extraña, se acaba la jornada, salgo rumbo a mi casa, observo al indigente que siempre duerme en el rellano del edificio de al lado, duerme con profunda tranquilidad, me pregunto si el siente alguna ausencia o será que el es el ausente de alguien

Desde Praga, via messenger, un amigo, muy borracho, se rie, grita y llora , mientras su voz se eleva guiada por la nostalgia y canta a viva voz “las campanas de la iglesia están sonando anunciando que el año viejo se va…”

Y para cerrar un día pleno de sentir la mariposa en Madrid, prende la lampara y aprovecha para recordar su marranito , el guaro y un viejo amor mientras el polen le cae bien, muy bien…

En definitiva las ausencias no son malas, ausente es aquel que quiere serlo… sólo es cuestión de acostumbrarse.

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Energía recargada, alegría extrema, no me siento en navidad pero me contagio