Tranquilos, no es otra broma de día de inocentes.
El reloj de la farmacia marca 5º en la fría noche de Barcelona, en menos de una semana estaré deseando ese frío cuando esté muriéndome de calor en los 30º de Barranquilla, Col.
Supongo que ya muchos lo saben, lo último que he escrito estos días lo llevaba implicito, me voy a vivir a Barranquilla.
Creo que la vida es una sucesión de reinvenciones y a mi me gusta reinventarme y cambiar de registro cada vez que puedo. El nuevo cambio es profesional, me voy de Barcelona por una nueva oportunidad laboral, a partir del viernes 30 de enero seré el nuevo profesor titular en el área de comunicación audiovisual de la Universidad del Norte, mi alma mater.
Un cambio que se viene planeando hace ya un año largo pero que ha venido a definirse en el último mes, he ahí el porque de mi intespestivo viaje.
Pues eso, este sábado 24 de enero a mediodía estaré montándome al avión que me llevará de vuelta a mis orígenes. ¿Miedo? ¿expectativas? ¿dudas? muchas, muchisimas, no fue una decisión fácil de tomar pero la tierra llama y las ganas de hacer cosas también.
A los amigos de BCN espero poder despedirme de todos, aunque se que por lo pronto que es la partida seguro me quedaré sin verme con algunos. Lo bueno es que no me voy del todo de BCN, ciudad que aprendí a querer y que me llevo en el corazón, al menos una vez al año estaré volviendo a retomar las tutorías de mi tesina doctoral así que no me voy del todo, sólo me prestán por un ratico…
Gracias a todos los que estuvieron a mi lado en esta aventura que empezó como una estancia de 7 meses y ya va por 4 años y pico, una etapa en la que crecí como profesional pero sobre todo como persona.
A ti Y. aunque te niegues a montarte en ese bus al Prat te agradezco todo lo que hiciste, todo.
Es por esto que dada la cercanía de mi viaje aparte de paquetes y envíos esta semana recibo cubatas/cervezas/cafés/regalos de despedida. Nos seguimos leyendo. Cualquier cosa tienen mi teléfono (los que se van a despedir me refiero)
Nos vemos en Curramba, La Arenosa, el mejor vividero del mundo…