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El casting

Me recosté al espaldar, le di una calada a mi cigarrillo eterno y vi subir el humo lento, con pausa, sin prisa; me acomodé, que silla tan incomoda, pensé,  presioné la tecla Puerto Maldonado F, la tecla ventriloquially I, la tecla N. Dudé, mire a un lado, al otro, no terminaba de gustarme ese final…

Me quedé un rato pensando en el aire, mirando el techo, pestañeando una y otra vez, vinieron  a mi mente aquellas sabias palabras: toda realidad es ficción y toda ficción es realidad.

Mientras pensaba y divagaba con toda la tranquilidad del caso, afuera, en el calor canicular del mediodía una fila de gente sufría con el calor mientras gozaba con la espera, la fila ya daba dos vueltas  a la manzana y poco a poco empezaban a llegar los periodistas, las cámaras de los noticieros, los  redactores de la prensa local, puros chismosos en busca de una chiva o al menos la oportunidad de inventar un chisme.

El ruido ya empezaba a ser ensordecedor, junté a gente de todas las calañas, a pleno sol, sin comer ni beber nada y el resultado fue un fantástico escándalo. Después de 30 minutos de ruido infernal la directora del casting se paro en la mitad y mandó a callar a todos.

El vendedor  de raspaos, el compañero de 5to grado, la exnovia de la exnovia, el que me pego una tremenda trompada aquel día de fútbol, el amigo de andanzas, el compadre de parrandas, el amor platónico, el jefe hijueputa, el tío alcahueta, la mejor amiga,  aquella a la que rompí el corazón, aquella que me lo rompió a mi, el amor imposible, el primo del cuñado del hermano del vecino, todos seguían llegando y todos iban exigiendo un papel mejor que el que hicieron en realidad; la ex novia exigía que le pusieran un poco mas de tetas, el compañero de trabajo que le pusiera en un cargo mejor, el amigo pedía una novia más bonita, el jefe una vida real,  todos querían una vida mejor no tanto para disfrutarla como para mostrarla a los demás.

La verdad debo decir que usé y abusé de la TV, la radio, la prensa, el facebook, los blogs, Twitter,  y cualquier medio que me dio la posibilidad para convocar a los extras para mi película,

Eso si, el mensaje que dejé fue muy simple: soy Alejandro Ángel  y busco a todos aquellos que han hecho parte de mi vida de una manera u otra para darles un papel en mi próxima película, para que tengan sus 15 minutos de fama, para que puedan mostrarse tal y como son, como han sido y como serán.

Todavía espero encontrar ese final, ese gran guion en el que todos ellos actuarán…

y tu ¿crees que tendrías un papel en esa película? ¿cual personaje crees que interpretarías?

¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.

Pedro Calderón de la Barca

 

Avianca y su mala atención al cliente en Medellín

Y eso que su slogan es “aquí están pasando cosas”

La idea tampoco es volverse el que más se queja y el que reclama por todo ni nada por el estilo pero no se puede permitir que las grandes compañías hagan lo que quieran con sus clientes.

Después de una semana en Medellín por cuestiones laborales, ayer domingo 11 de octubre tenía mis dos vuelos de vuelta, Medellín- Bogotá y Bogotá-Barranquilla,  los dos operados por Avianca y contactados por ellos mismos, la conexión era bastante justa (40 min. entre vuelo y vuelo) pero la operadora me había dicho que no habría ningún problema.

Estando a la espera del primer vuelo dicen por los altavoces que el vuelo Medellín- Bogotá se había retrasado por fallos en el tráfico aéreo y tardanza en la orden de salida de la torre de control en Bogotá. Me acerco a donde la azafata y le comento que yo tengo una conexión en Bogotá hacía Barranquilla, que qué pasa con ese vuelo. La respuesta de la azafata fue que me reacomodarían en otro vuelo ya el día lunes pues el domingo no había más vuelos.

– ¿Me reacomodan? ¿y el hotel? ¿los transportes? ¿las comidas?

– No señor, al ser un fallo externo a la aerolínea no le cubrimos ninguno de esos items.

¿Un fallo externo a la aerolínea? y yo que carajos se de quien es el fallo, el hecho es que yo estuve en el aeropuerto a mi hora puntual, con los kilos exactos en mi maleta así que si el fallo es por rayos y centellas, un trueno en la mitad de la noche, que el piloto tenía dolor de cabeza o que el avión no podía salir de Bogotá no es mi problema.

Solicito hablar con el supervisor/a, me envían al counter, me atiende Beatriz Otalvaro, líder de servicios Avianca Medellín, nos comenta (porque eramos dos personas con el mismo problema) la misma información que nos dio la azafata, sin darnos ningún tipo de opción, simplemente nos preguntaba si queríamos irnos a Bogotá  o esperar en Medellín para salir en el primer vuelo del día siguiente.

– ¿Y quien paga mi hotel? ¿mis comidas? ¿mi transporte? todos los gastos extra que no debo asumir yo pues no ha sido un fallo mío. Le pregunto de nuevo esperando alguna respuesta distinta

– Señor al no ser un fallo de la aerolínea no nos corresponde asumir esos costes. Me responde sin inmutarse, ni pestañear.

Vuelve la burra al trigo.  Y entonces ¿de quien carajos es la culpa? mía seguro que no.

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¿La curiosidad mató al gato?

Me hago preguntas sin respuestas, miro por la ventana, sopeso posibilidades y sumo quereres.

Divago, recorro con mis pensamientos espacios futuros, pienso y pienso y me doy cuenta que ya deje de pensar.

Que extraña se ve la luna hoy, extinta, lejana, oculta. Será que la luna allá se ve más clara, es muy probable. Igual a la hora de las vacas seguro se verá más clara.

Fugaces pensamientos, extrañas sensaciones, perspectivas extrañas, poderosas y muy interesantes.

Me gusta la curiosidad, me gusta preguntarme, me gusta responder. Me gusta soñar con lo que se viene.

Hoy le pregunté ¿qué hay en tu cabeza? y su respuesta me llenó de alegría, hay tantas cosas comunes que no me da miedo volver a preguntar. Quiero oír esas respuestas día tras día.

Todo no tiene que tener una explicación; la mente, mi mente se rige por un noseque con un nosedonde medio raro.

Anda pregúntame ¿qué quieres saber? ¿quieres ser un gato?

No sé…

Nos la pasamos la vida acogiendo conocimiento, tenemos carrera, postgrados, maestrías, doctorados y un montón de títulos que a final de cuentas ni sabemos para que sirven exactamente.

La sociedad actual  nos exige saber de todo un poco, poder opinar con propiedad de la peste bubónica, de los mapas mentales, de la fiebre porcina, de política exterior bielorusa y del calentamiento global.

Yo por mi lado he estudiado muchas cosas y he aprendido unas cuantas mas, se  como picar cebolla en julianas, se tomar un metro y medir la distancia entre dos espacios no paralelos, más si los separa un charco, se picar los ojos, mover las cejas, escribir un poema que no tenga cadencia,  reír a carcajadas con cualquier chiste flojo,  mover mis labios al ritmo de ella, caminar bajo la lluvia o mandar a la mierda a quien se lo gana,  reconocer cuando alguien está loco o cuando simplemente quiere parecerlo y  cuando el gusto, el feeling, la química, es más que eso.

Saber tantas cosas y  darme cuenta de ello me permite sentir que el saber es infinito pero que es más importante el no saber. el no entender, el simplemente sentir.

Por eso, cada vez que  pienso y pienso  me doy cuenta que en realidad no sé nada, sólo sé banalidades que sirven para parecer interesante pero que no sirven para verdaderamente entender la cadencia de la vida.

No sé besar sin cerrar los ojos.
No sé mentir sin que se me note.
No sé manejar un carro ni me interesa hacerlo.
No sé bailar trance, reggaeton ni ninguna música que no se baile pegado, brillando hebilla.
No sé fingir sensaciones ni sentimientos.
No sé cumplir reglas.
No sé reirme sin ganas.
No sé vivir la vida de otros.
No sé chiflar tan duro como quisiera.
No sé dejar de inventar historias.
No sé comer cosas vegetarianas.
No sé hacer bombas de chicle.
No sé mantenerme alejado de los locos.
No sé amargarme.
No sé dejar de reinventarme.
No sé cantar rancheras ni ninguna canción en un idioma distinto al costeñol.
No sé escribir cuentos de hadas.
No sé fingir que soy un príncipe de cuentos de  Idem.
No sé discernir entre lo que es importante y lo que es urgente.
No sé ser convencional.
No sé hacer las cosas porque “toca”.
No sé quejarme.
No sé vivir sin capturar mi realidad con una foto, un escrito o un video.
No sé porque estás tan lejos y a la vez tan cerca.
No sé que es PI.
No sé cómo se dice añoñi en portugués.
No sé nada sobre política, ni sobre economía, mucho menos controlo la influencia del arte del siglo X en la actual guerra de Irak ni las últimas estadísticas sobre los JJOO.
No sé como se llaman los delanteros de la Selección Colombia de Tejo.
No sé cuales son todas mis mañas, menos mis filias o mis fobias.
No sé decir te quiero a la segunda cita.
No sé enfermarme.
No sé quedarme quieto sin hacer nada.
No sé tragarme lo que siento.
No sé dibujar caras reconocibles.
No sé armar una biblioteca.
No sé ser hipócrita.
No sé ser políticamente correcto.
No sé jugar billar

En fin, no sé tantas cosas que me quedo convencido que la vida es un diccionario de páginas abiertas que tengo que leer sin parar.

No sé como cerrar esta nota…

No sé, dime tu… ¿qué no sabes hacer?

Me gusta…

Que sería de la vida sin los odios y los amores, sin las filias y las fobias, sin el ying y el yang, sin el blanco y negro… la vida sería muy aburrida sin tener algo que mandar a la mierda de vez en cuando.

Son muchos mis amores y menos mis odios pero de que los hay lo hay.

Aun así noches como la de hoy en las que la vida y sus sorpresas me hacen sentir alegre, tranquilo, despreocupado y soñador prefiero pensar y divagar un rato en las cosas que me gustan, en  todo aquello que me divierte, que me mantienen vivo.

Y es que después de pensar un rato me doy cuenta que me gustan muchas cosas:

+ Me gusta la brisa de la mañana que entra por la ventana.
+ Tirarme en el suelo de la sala a mirar el techo blanco, blanco.
+ Hablar, parlotear largo rato con alguien que me gusta.
+ Un tronco e’ beso de ella, la que me gusta.
+ Atravesarme en mi cama y leer cualquier cosa que tenga cerca.
+ El desayuno de un domingo por la mañana, arepas de queso, huevos pericos todo homemade…
+ Una gran jarra de cerveza, un ron, un buen whisky, una parranda con amigos y mucho baile.
+ Bailar, bailar, merengue, salsa, vallenato, un porro sabanero o una estridente tambora…vibrar con los sones de la música.
+ Dormir acompañado, entrepiernado que le llaman.
+ Echar chachara con los amigos.
+ Un dia soleado.
+ Un baño en la playa.
+ Poder quedarme tirado con la mente en blanco.
+ Soñar.
+ Hacer al amor, tirar, follar (como le quieran llamar).
+ Reir a carcajadas, de manera estruendosa, una risa sentida.
+ Saludar a raimundo y to’ el mundo.
+ Experimentar en todo.
+ Tener un trabajo que disfruto y en el que cada día puedo innovar y crear nuevas cosas.
+ Experimentar con nuevas narrativas.
+ Grabar, editar, imaginar, contar historias.
+ Retratar mi cotidianidad ya sea con un escrito, con una foto o imágenes en movimiento.
+ Montarme en un bus a dar vueltas por toda la ciudad.
+ Darle vueltas a las cosas, pensar, divagar…
+ Poder decirle a alguien que me gusta de la manera más sincera ME ENCANTAS.

Pero sobre todo me gusta vivir, estar vivo, sentir, ser alguien enérgico, activo, vital.

Disclaimer: esta nota NO está patrocinada por el cantante vallenato ese…

Me gusta, me gusta, me gusta, estar contigo…

;-D

Y a ti ¿qué te gusta?

Keep walking

Repaso mis últimos escritos, no se que hay en ellos, les falta alma, les falta vida, les falta corazón. Veo también los papeles donde anoto las ideas que vuelan por mi cabeza y veo que tengo mucho por hablar, mucho por contar, mucho por escribir y no, no lo hago.

No se, hace un rato que vengo envuelto en una única y sencilla monotonía, del trabajo a la casa, de la casa al trabajo, una monotonía que, según me dicen, viven todos pero no por ser mal de muchos deja de ser un consuelo de tontos.

Quiero vivir, sentirme vivo, hacer cosas, pensar casos, tirarme sin paracaídas como solía hacerlo, dejar de pensar en lo que viene y centrarme en lo que ES.

No me quejo, llevo un año lleno de cambios explosivos, de átomos volando, muchas cosas han mejorado, en muchos aspectos soy feliz, faltan cosas por ajustar pero esa es parte de la sal de la vida;  siento, insisto, que hay cosas por atornillar, por mirar, por ajustar.

A veces pienso que lo que necesito es, como dice una amiga, un shake, un gran estremecimiento que me eleve más allá de mis propios pensamientos; otras veces pienso que lo que necesito es dejar de pensar  y simplemente buscar quien me haga estremecer; otras veces pienso -con gran cordura- que sólo yo puedo hacerme estremecer…

Son días de una curiosa, extraña, agradable pero sobre todo necesaria soledad; momento, a quien engaño, siempre me ha gustado la soledad, la asumo como un estado natural, donde exploro y me permito explorar. Una soledad llamativa, rodeada siempre de amistades pero que me permite tener el espacio necesario para mis divagaciones, sin preguntas, sin presiones, sin exigencias.

Los espacios son los mismos, la cabeza está puesta donde debe estar, las ideas fluyen de manera constante y necesaria, las cosas se van dando, ni bien ni mal, se van dando y eso es importante.

Sigo, sigo, la voz en el fondo de mi mente me sigue diciendo, me sigue repitiendo: keep walking, keep walking y yo le respondo: en eso ando, en eso ando…

6 meses

Hace seis meses, un día como hoy venía en un avión directo del aeropuerto El Prat en Barcelona rumbo a El Dorado en Bogotá, lleno de maletas con lo que pude rescatar de 4 años y pico de vivencias y con todas las expectativas del mundo para la nueva experiencia que empezaba.

La decision de aceptar el trabajo que me ofrecían en Colombia no dejó de ser inesperada y precipitada para todo mi círculo cercano, yo el primero,  pues después de haber luchado en demasía por mis papeles de trabajo en la madre patria y que  ya me veía(n) por un buen tiempo en tierras catalanas tocó tomar una decisión basado en quien sabe que pensamientos que pasan por nuestra cabeza a la hora de tomar una de esas decisiones que cambian todo.

Las decisiones de la vida no se basan siempre en la razón o el corazón, a veces se toman basado en una mirada simple hacia el futuro y lo que queremos hacer, sobre todo después de pensar y sopesar “que carajos quiere la vida para mi en este momento”. A veces se puede lastimar a alguien y eso se siente mucho pero la vida es así…

Es inevitable, sin duda, recordar con cariño y nostalgia a Barcelona, España y Europa en general,  ahí me hice adulto, maduré, avancé como profesional, pasee, bailé, viajé, conocí a gente maravillosa, amé, quise con locura, estudié, trabajé,  lloré, reí y canté.

Todos esos recuerdos, pero sobre todo esa gente especial que quedó atrás,  hacen que cuando miro hacia atrás, cuando hablo con alguno, cuando veo fotos, cuando releo algún viejo escrito o veo un lejano video no pueda evitar sentir lo que mis amigos brasileños denominan Saudade, esa tristeza del recuerdo y de la nostalgia.

Total, lo hecho, hecho está.

El tiempo pasa volando, han sido 6 meses que han pasado sin casi darme cuenta, no ha sido fácil y nadie dijo que lo sería, ha tocado reacostumbrarse a mil cosas y desacostumbrarse a mil más. Ha sido una temporada de reencuentros constantes, con olores, sonidos, sabores, imágenes y recuerdos, todos integrados en una cotidianidad que muchas veces no tiene sentido y otras veces parece un espacio tan fundamental como la ley de la gravedad, un espacio geográfico y temporal creado intencionalmente buscando un cambio, una evolución.

Estos 6 meses empecé una nueva e interesante mirada profesional. Mis labores como profesor, con todo el aprendizaje que esto conlleva de la parte teórica, y dirigiendo el canal de TV de la Universidad, con todo el aprendizaje a nivel audiovisual y organizativo que este trae, me han permitido adquirir en este breve pero intenso tiempo una serie de conocimientos por mucho tiempo deseado.

De igual forma, lo caótico del día a día, la falta de tiempo, la necesidad de innovar  y reinventar lo existente me ha permitido tomar decisiones, crear, avanzar y generar nuevas habilidades y talentos.

Ya son 6 meses, y los que faltan, ya estoy establecido en mi espacio, en mi lugar, en mi nueva verdadera cotidianidad, supongo a eso se refieren  cuando dicen que el hombre es un animal de costumbres.

En fin.

Sigo soñando, sigo pensando, sigo caminando, sigo mirando pero sobre todo sigo sintiendo…

Gracias a todos por su apoyo, el que sea que me hayan dado, gracias.

Si la vida viene
deja
llega hasta tu puerta
deja
si la vida viene
deja
llega hasta tu puerta

no le pongas llave,
deja
dejala entreabierta
deja
no le pongas llave,
deja
dejala entreabierta

deja que se quede
deja
dejala que vuele
deja
dejala que grite
deja
dejala que vuelva…

Deja – Sidestepper

¿Festejar la independencia? claro, si hasta Llorente lo hubiera hecho.

20_de_julio.JPG

Antes pensaba que era una simple nostalgia autoinducida por la distancia y la lejanía del país.

Los últimos años para estas fechas veintejulieras siempre entra la nostalgia de la tierra que a lo lejos se ve (mi pueblo natal),  los dos últimos veintedejulio estando en Barcelona hice sendos videos (ver “20 de julio con el VI” en 2007 – ver “Como estatuas el 20 de julio” en 2008) en los que de una manera simple, emocional y audiovisual mostraba mis recuerdos del país que tanto recordaba.

Cuando me vine de vuelta para Colombia a principios de este año más de un amigo y conocido me dijo “a ver si ahora sigues extrañando tanto, a ver si sigues con esa nostalgia pendeja, a ver si comiendo la misma mierda que todos los colombianos te parece un país tan lindo como te lo parece desde las Europas”

Pero hoy 20 de julio de 2009, sentado en mi apartamento en Barranquilla discuto con otra gente porque esa nostalgia y esa alegría en este día persiste. No, no era un simple afán nostálgico desde la distancia.

Para mi el orgullo y el festejo del 20 de julio no es por la independencia -que ni recuerdo muy bien como se llevó a cabo porque los recuerdos de las clases de historia son eso recuerdos lejanos-, ni por aquel florero de Llorente,  sino por el hecho de ser Colombiano, de pertenecer a un país con mil cuestiones a resaltar.

No vivo en una burbuja de cristal, se que Colombia es un país con mil falencias, con mil fallos y con mil cuestiones a resolver, pero no quiero que los arboles no me dejen ver el bosque; Colombia y los colombianos tenemos muchas cosas por las que sentirnos orgullosos y aunque no quiero que esto se convierta en la infaltable enumeración de segundos mejores himnos, mayores biodiversidades y mujeres más lindas si quiero dejar sentada mi visión.

Creo en Colombia, como país, no como  el mejor vividero, ni como el segundo más feliz, no, creo en Colombia como espacio de gente que quiere trabajar por el.

Después de mil y una andadas tengo claro que nada hacemos quejándonos por esto y por lo otro, nada logramos, nada alcanzamos, si quieren quejarse no seré yo quien no lo permita, pero es más fácil quejarse que actuar.

Aquellos que piensan que Colombia es esto y lo otro, yo no seré eco de ellos, pero los invito a que viajen un poco, a que conozcan fuera para que se den cuenta que cada quien, cada país, lleva su propia procesión, en vez de quejarnos trabajemos. Y no, no es mal de muchos consuelo de tontos, sino que  a veces los egos hacen que quejarse de  NUESTRO PAÍS parezca cool, cuando quejarse por quejarse es como mínimo tonto, por no decir palabras mayores.

Creo que en Colombia tenemos demasiadas cosas de las que sentirnos orgullosos, que es un país con un potencial enorme y que si quiero festejar el 20 de julio haciendo un video, gritando a los cuatro vientos mi colombianidad o simplemente escribiendo un montón de frases inconexas lo haré, pues no hay nada de lo que me sienta más orgulloso que de ser colombiano. A los que no quieren festejar los invito amablemente a que muerdan un codo.

Feliz 20 de julio, feliz día independencia, feliz día Colombianos.