Esta vez no hay prosa ni verso, no vengo a contarles rollos mentales ni a mostrarles mi último video, hoy vengo a decirles: ni por el carajo compren en Muebles Jamar.
No suele ser este un espacio para ganar batallas contra las grandes corporaciones como suele hacer el amigo Patton, pero a veces toca al menos usarlo como un espacio virtual para quejarse y hacerle saber a los demás la manera como ciertas empresas abusan de su monopolio para pordebajear al cliente como si en vez de estar endeudándose hasta el cuello le estuvieran regalando algo.
Como recién llegado al país después de más de 4 años fuera, me ha tocado cumplir con el ritual de buscar casa y obviamente amoblarla, armar este espacio desde cero -porque lo que dejé cuando me fui ya tiene dueño- cuesta, no pensemos en el coste monetario que de ese ya me encargo yo mes a mes pero pensemos en lo que cuesta ir a este almacén, al otro, escoger todo, en fin esa es una historia larga que si acaso otro día cuento.
El hecho es que para empezar me centré en lo imprescindible y necesario, un juego de cuarto, un buen colchón y una sala (ya el comedor la tía angelita se había encargado de proveerlo) y fui a uno de los pocos “grandes almacenes” de muebles que hay por estas tierras curramberas: Muebles Jamar.
Cuando llegas a un sitio donde desde la puerta te avasallan a punta de avisos de “llevéselo por sólo $6.000 de cuota inicial” “no pague hasta junio” y así sucesivamente uno piensa este es el sitio, variedad de estilos, facilidades de pago, el cielo, mejor dicho.
Cuando llegas al mostrador te das cuenta de la utopía, las promociones son sólo si pagas de contado, a los créditos les hacen más análisis que a las bombas de destrucción masiva de Saddam -sin contar con los elevadísimos intereses que cobran- y los “no pague hasta…” se convierten en PAGUE PAGUE PAGUE.
Da igual, yo llevaba buenas referencias por parte de mi trabajo y en principio no hubo problema para la aprobación del crédito. “Ud. no se preocupe señor (¿señor? WTF) Ángel que el martes tiene sus muebles en la casa” me dijo el “amable” vendedor. Han pasado 3 semanas desde ese día y todavía estoy esperando los muebles. Es decir, si por Muebles Jamar y sus maravillosos empleados fuera yo seguiría 3 semanas después durmiendo en una colchoneta en el suelo y con un dolor de espalda ni el HP.
Suerte que yo no es que me queje, es que actuó, después de la primera semana de retraso me fui a otra tienda y compré mi cama, mi colchón y sanseacabó, ni por error voy a dormir mal por culpa de la ineptitud de una empresa que no le importan sus clientes: Ni una llamada, ni un contacto para explicar porqué carajos no han enviado 3 pendejos muebles. Igual deje sin mover el tema a ver cuanto tardaban en contactarme y nada.
Claro está, no pienso hacer ningún tipo de comparación con BCN y el servicio al cliente porque no viene al caso, el hecho es que he llamado, he gritado, he ido a las oficinas, he pedido por los jefes, he pedido por los dueños, hasta por Papa Noel pregunté a ver si él me podía ayudar y nada.
El sábado pasado fui a que me devolvieran todos los pagarés firmados para anularlos, en el área de atención al cliente había 4 parejas delante de mí, todas iban a reclamar algo. “me tardaron en llevar el juego de comedor 3 semanas y cuando llegó estaba rayado”, “no me han llevado el juego de cuarto de mi bebe y ya van 5 semanas, ya hasta pagué la primera cuota”, “vengo a cancelar esa vaina, estos creen que uno es pendejo para esperarlos por siempre”, lo curioso es que por la puerta principal no dejaba de entrar y entrar gente a comprar, ¿es que nadie se queja o qué?
Cuando me toco mi turno le dije a la encargada de atención al cliente que quería cancelar el pedido, enseguida, muy rápidamente, se dispuso a hacerlo -ojala fueran tan veloces para las entregas, pensé-, me la quedé viendo muy molesto y sólo le dije, “me vas a suspender el pedido sin siquiera preguntarme el porqué”. su respuesta fue de esas de antología “ahh si Ud. me dice que se lo cancele yo se lo cancelo, yo no me voy a poner a pelear con Ud.” INCREIBLE.
Al final, después de conversar un rato, de pedir disculpas vacías que siempre van a saco roto y de ofrecerme esta vida y la otra, me dijo que anularamos el juego de cuarto y que me enviaban el juego de sala, el lunes a primera hora. Teniendo en cuenta lo que tardan los papeleos para solicitar cualquier cosa y que estos ya estaban aprobados les dije que perfecto que el lunes esperaba esos muebles.
Es viernes, son las 4 de la tarde y mi sala sigue vacía, llevo 2 horas llamando a su centro de atención y al vendedor y en ninguna de las dos partes recibo respuesta; es que aunque al perro no lo capan dos veces , a veces…
Qué acción emprendo -aparte de la obvia de volver a cancelar el pedido- no lo sé, de hecho no sé si haya algo que hacer o si hay algún estamento donde quejarse y decir, gracias a estos inútiles no he terminado de reubicarme en mi espacio. Al menos que quede constancia en estas líneas que las empresas no le importan los clientes sino su plata, de resto que se las ingenien como puedan. Gracias MUEBLES JAMAR por entrenar mi paciencia, gracias.
Y Uds. que leen esto, ni por error se les ocurra meterse en las garras de este lobo feroz.
No se, por ahora me desahogué.
Nueva ecuación – Muebles Jamar = ineptos