Click

Turkestan Suena así: Click.

¿Lo han escuchado?

Es el sonido que hace un engranaje o aparato cuando encuentra su punto ideal, también es el sonido que hace una cámara  cuando toma una foto o graba un recuerdo y es el sonido que hace nuestra cabeza cuando siente que encontró la idea, momento o pensamiento que estaba buscando.

Hoy fue uno de esos días en que el click sonó duro, bien duro, sobre todo teniendo  en cuenta que sonaron los tres tipos de clicks que defino arriba.

Es interesante conocer y reconocer el momento exacto en el que hacer o deshacer algo, el momento exacto en el que todo se da para que la decisión sea la mejor y más certera.

No tengo duda que el camino ha sido largo y peleado pero si no fuera así seguro perdería su esencia, perdería su gusto.

“Alicia, en el país de las maravillas, preguntó al gusano qué camino tendría que tomar, y el gusano le respondió preguntándole -¿dónde quieres ir?-. Ésa es la pregunta que nos tenemos que hacer.”

http://thisisthewilderness.com/qindex.php?daksldlkdsadas=1 Si, esa es…

CLICK.

 

Probando…

Probando, probando, un, dos, tres, sonido…

Los mejores textos salen a veces de palabras vacías. No hay duda, podría ser una fórmula matemática.

Es igual, no quiero entrar en esa espiral, eterna espiral de quejarme de la hoja en blanco. Esa pelea eterna con el teclado, esa pelea de David contra Goliat, esa pelea, interesante pelea diaria…

No sé quien lo dijo, pero pudo haber sido Gabo, “hay quienes convierten la falta de tema en tema para una nota”

Insisto, no es hora de preguntarme sobre eso, sólo quiero sentarme y que las palabras fluyan, así suele ser casi siempre, me da risa, nunca, nunca escribo con ideas preconcebidas ni mapas mentales, nunca planeo puntos de giro ni sueño a mis personajes, hace rato escribir es como esa catarsis necesaria, ese botar corriente para no dejar todo a la cabeza, a la bendita cabeza.

Es imposible hacerlo, es imposible planear, a veces, casi siempre mejor dicho, escribo sobre cotidianidad, personas y personajes, ideas que tropiezan, dan tumbos en mi cabeza y mil rollos mentales más, ¿porqué no seguir en esa misma tónica?

Puede que esta repetición y esta temática constante lleven a que mucho de los textos queden insípidos, descafeinados y hasta incoloros pero bueno, recordando una de esas famosas frases que solía usar en mi travesía en la madre patria, “es lo que hay”.

De todos modos, es mi espacio, mi espacio personal y por eso me contradigo, mando a la mierda todo y vuelvo y me quejo de la hoja en blanco, de la mente en blanco, de la cabeza en blanco… no, de esas no, ojala.

Parece que olvidé que dos más dos no es tres, parece que esta fórmula matemática no funcionó, parece que este texto no será bueno, parece que escribir me tranquilizó, parece que me dejo un buen sabor en la boca y que ahora puedo ir a dormir con la tranquilidad que las 3, 15, 22, 36 ideas que tenía rondando en la cabeza han pasado a mejor vida, a ninguna le dio la gana de salir, a ninguna le dio la gana de decir, hola, soy una idea y quiero que me cuentes.

Y yo… FELIZ.

Buenas noches. Muy buenas noches (y también buenos, muy buenos días).

 

Jungla urbana

Tiene como 45 años, unas pocas canas y cuerpo débil. Va moviendo lentamente, empuja y puja, empuja y puja, un paso a la vez. Es una lavadora, de esas viejas pero efectivas, la que lleva en la carretilla,  se ve que pesa más que un matrimonio a la fuerza y que ha tenido mejores épocas. El letrero, enorme, “se alquilan lavadoras  a domicilio” no hace sino sacarme una gran risa, se me viene a la cabeza eso de que la ropa sucia se lava siempre en casa.

Vengo subiendo del centro al norte de la ciudad en un taxi, paso por barrios desconocidos y calles extrañas. La mirada desde la seguridad del asiento trasero y el aire acondicionado siempre ayudan. No es tarde, aunque ya va cayendo el sol. Es viernes para más señas, día de frías van frías vienen, día de polvos anónimos, de risas fingidas y de quitada de mascaras.

En una esquina las veo, una tiene como 19 y la otra como 25  años, saben lo que tienen para ofrecer, sonríen como estúpidas y parece que no saben hacer más nada. Un tipo con pinta de Pedro Navajas (matón de esquina) las presenta a otros tipos con pinta de Juanito Alimaña (con mucha maña), sonrisas y tetas se mueven al unísono, esa noche habrá salsa, salsa, salsa…

El taxista intenta buscar conversación, siempre suelo hablar con los taxistas, tienen muy buenas historias y no cobran por contarlas, pero hoy no me provoca, vengo ensimismado haciendo varios planes y quiero que la mente esté en lo que debe estar.

En eso un grito de lado a lado me saca de mis pensamientos:

–    Margarita, ¿fuiste el domingo a misa? – Le dice una señora, 50 años bien puestos, camioneta modelo 2010 y cara de pocos amigos a otra señora en el carro a mi lado.

–    No, no pude ir, me enredé y al final no fui. Igual no me provocó mucho, el padre miguel se está volviendo como loco, no hace sino rezar y rezar. – Le responde la otra.

Quedo en un sanduche de gritos y religión, de charlas que no me interesan…

El trayecto es largo y yo ahí mirando, observando, ya saqué una hoja y empecé  a anotar, como siempre, ya no dejo nada al azar ni confío en mi cabeza, escribo todo, TODO.

En la puerta hay un niño, un pelao, mejor, tendrá como 13 o 14 años, grita, se supone que canta, algún tipo de música de la cual no logro interpretar el ritmo en la distancia, miro el contexto, una zapatería de esas pobres, pobrecitas, a las  que se le ve que no hubo mejores épocas pero que está extrañamente adornada con un enorme letrero lumínico, como de bar de putas, que dice “OPEN”.

Nos acercamos al norte, la tarde cae y el sol se esconde, yo tengo algunas ideas más claras y otras que nada tienen que ver anotadas en un pedazo de papel, son estas líneas claro está.

Por la 46 con alguna carrera que ahora no recuerdo, cuatro mariachis ajustan sus instrumentos, recuerden, es viernes por la tarde, noche de serenatas y llantos de amor, de cantos y dedicatorias, hay chavela, chavela, chavela…

Siempre he sido hiperactivo y acelerado y eso, quieras o no, te impide muchas veces observar el paisaje. Últimamente camino, me desplazo, observo, recorro y pienso, lento, muy lento por las jungla urbana de Curramba, ando en otro viaje, mejor dicho en otros viajes.

 

¿Incorrecto? o ¿incorrecta?

Publicado originalmente en “Guerra de géneros”, especial por el  primer año del blog de Naty Marenco.

—-

Esto de la guerra de los géneros siempre se me ha dado muy mal, no sé si será que soy muy políticamente correcto, al menos muchos más de lo que debiera/quisiera ser o que en una de mis muchas pajas mentales creo que tengo un club de fans (nahhh) y por tanto, vuelve la corrección política, no debo/quiero herir susceptibilidades.

Al carajo. A ver si puedo…

Hombres y mujeres no somos iguales, nunca lo seremos, no ser iguales no significa que uno sea mejor que otro, no lean entre líneas, significa que no somos lo mismo ni somos iguales, ya está, pare de contar, sin más interpretaciones.

Si, sin más interpretaciones, porque esa es, precisamente una de las principales y más marcadas diferencias entre unos y otros, la intertextualidad.

Si un hombre dice “quiero una cerveza“, la traducción es “quiero una cerveza“, como mucho agréguenle alguna alusión al sexo y pare de contar.

Si por el contrario una mujer dice “quiero un chocolate” (o una cerveza que ellas también toman el adorado liquido de cebada) la traducción será algo como “quiero un chocolate/cerveza, aunque en realidad no quiero un chocolate/cerveza sino saber que tu todavía me quieres tanto como para tener pequeños y sencillos detalles conmigo como aquella vez que empezamos a querernos después de la fiesta de pablito, pero si no eres capaz de darme un detalle tan pequeño puede que no me merezcas tanto”.

Coño…

Un pensamiento a la vez, ¿es mucho pedir?

En fin, esta, como cualquier generalización, es errónea hasta que se demuestre lo contrario, igual hay tipos que se enrollan la cabeza más de la cuenta (yo, a veces, uno de ellos) y tipas que se toman la cerveza o se comen el chocolate y siguen su vida, sin procesar un sólo pensamiento más. Hay gente para todo.

Diferencias, muchas, parecidos también muchos, podría estar disertando en este espacio por horas y horas y nunca acabaría de marcar las diferencias y parecidos que hay entre nuestros amados/odiados géneros.

Por cierto, hay algo que nunca he entendido muy bien, y de hecho yo estoy cayendo en ello en este escrito, pero no entiendo porqué siempre que se habla de géneros (o de guerra entre ellos) el tema en el que (o desde el que) se enfoca todo es el amor.

Sé que somos seres sociales, que el amor es una de las emociones naturales del ser humano que más nos mueve, que en el cine y la TV siempre lo usan como excusa para contar sus historias porque saben que siempre habrá alguien que se sienta identificado, es igual, hay muchas maneras más de relacionarnos que el amor pero por aprendizaje social o yo que sé que excusa hormonal, científica, apostólica o romana hemos decidido que siempre que queramos darle palo al género opuesto debemos hablar sobre el amor.

Bueno, tenía que decirlo, no deja de ser una opción fácil, así que sigamos entonces.

Otra de las diferencias entre XX y XY es la película, y cuando hablo de película me refiero al “empelicule”, porque no podrán negar que aunque hay empeliculados de lado y lado casi siempre, yo diría un 75% de las veces, la que se arma películas es la mujer, hay hombres empeliculados, seguro que sí, pero estoy seguro ( ¿algún estudio de esos que hacen cada cierto tiempo por ahí que lo asegure de manera científica?) que hay un mayor número de Spielbergs femeninas que masculinos. Aunque ahí sí como dije alguna vez, nadie le arma películas a nadie…

Ojo, la película tiene varios estadios, no es sólo la película de Ella piensa: “somos novios, nos queremos” y el piensa: “la estamos pasando bueno, la estamos pasando bueno, la estamos pasando bueno”, también está la película de ella piensa: “Tengo razón, tengo la única y verdadera razón en esta discusión” y el piensa: “como jugó de bien Ronaldo y que buenas tetas tiene su mujer” o también la de ella piensa: “los hombres son unos cerdos” y el piensa: “Cerdo o pollo

Es eso, la cabeza de la mujer usualmente es más centrada y la nuestra más, mucho más, (des)centrada. Ellas piensan en A nosotros en 12, letras y números, no cuadran y por eso es que a veces nos cuesta tanto entender(nos), no se han parado a pensar que muchas de las veces no queremos ni siquiera, valga la redundancia, pararnos a pensar y simplemente estamos tratando de vivir la vida sin mayores complicaciones ni pensamientos extraños y enrevesados.

Esta última idea viene, por supuesto, viciada, los hombres somos más importaculistas (del verbo meimportaunculo) que las mujeres, le damos menos importancia a los detalles y una discusión o un intercambio de ideas con una fémina rara vez nos sacara una lagrima pero no es por ser los meros machotes, como se armaran la película algunas/os, sino porque creemos que la vida es muy corta para darle tanta importancia a estos pequeños rounds de la vida cotidiana.

Eso, que podría seguir escribiendo prosa barata, escribir poesías de lo bueno y lo malo de cada género o irme lanza en ristre contra ellas o contra nosotros mismos en sendos panfletos pero visto lo visto mi corrección (bendita corrección) puede más que mis letras.

O, pensándolo bien, quizás no es corrección, simple y llanamente tengo claro que no podemos vivir ni con ellas ni sin ellas. Así funciona. Ni contigo ni sin ti.

 

Quinto DELM Barranquilla: Branding&Marca

 

afiche-quinto-delm.jpg

 

Y se vino el quinto DELM Barranquilla.

El evento en el que los entusiastas barranquilleros de la web se reunen a conversar los más variados temas del entorno dospuntocero cada vez toma más fuerza y acoge un espectro de temas más amplio.

En este quinto DELM el tema del que conversaremos será el branding personal y empresarial. La marca personal y empresarial creada a través de las redes sociales y cómo un buen uso de la web puede verse retribuido en un reconocimiento para la marca que manejemos.

La cita es el domingo 21 de marzo a las 11 am en la Cra. 47 No. 70-204 Club de Amigos (Ver mapa En este link).

De igual forma, los que no puedan asistir de manera presencial podrán ver el evento a través de nuestra transmisión vía streaming en nuestro canal de señal en vivo.

Al evento asistirán los diversos trabajadores de la web barranquilleros y como invitado especial Adrian McYorian, realizador audiovisual barranquillero que nos contará su experiencia de creación de marca a través de la red con su webshow “las crónicas del último DJ“, espacio con el cual ha ido creando una marca personal, atrayendo reconocimiento público para el (y de paso para su empresa) tanto en Colombia como en el exterior. Lo pueden seguir en twitter @mcyorian

Y de manera “virtual” (Vía Skype) nos acompañará desde Barcelona, Esp. Joan Jimenez, brand angel y autor de varios ebooks referidos al branding personal como estrategia de trabajo en las redes sociales (además de ser el creador del concepto Spoonch, la brandguide y otras locas e interesantes ideas con el branding como motor). Lo pueden seguir en twitter @joanjimenez

Pueden ver el video promocional del quinto DELM en este link

Seguimos…

Podría empezar a tirar excusas a diestra y siniestra explicando las razones por las que cada vez escribo menos por acá.

Podría decir que no tengo tiempo, que lo urgente no da tiempo a lo importante y así durante un rato, excusas, frases hechas y descafeinadas que suelo decir cada cierto tiempo por estas tierras  que aunque sean ciertas no significa que sean valederas.

Pero la verdad hay una única  razón por la que cada vez escribo menos y esa es Proyecto 365, ese loco proyecto audiovisual que me puse de meta para el 2010 de retratar la cotidianidad de cada día a través de videos, de imágenes en movimiento.

Ya voy por 69 videos y cada día tengo más claro, veo más factible, que llegaré al 31 de diciembre de 2010 con 365 capturas visuales de espacio, momentos, eventos e ideas que voy tropezando en mi cotidianidad currambera.

Los invito a que se pasen por el canal de Youtube y si les gustan los videos comenten y rieguen la bola.

 

Un tipo sencillo…

Ese soy yo, un tipo sencillo

Un tipo sencillo que regaña, grita y putea, que se enferma,  tose y escupe.

Un tipo sencillo que tiene días malos, días buenos y días de puta madre…

Un tipo sencillo sin pretensiones tan elevadas como cambiar el mundo o descubrir América, mis pretensiones son tan simples como retratar el día a día, la cotidianidad, y dejar constancia de ello.

Un tipo sencillo con ideas buenas y cercanas, con odios y amores, con filias y fobias, con quereres y distancias.

Un tipo sencillo con un credo personal tan simple como efectivo, tan enigmático como inexplicable.

Simple y sencillo de toda la vida, amigo del cocinero y del doctor, quizás porque yo mismo soy fui cocinero y soy seré -ni idea cuando- doctor y el estar de cada lado me ha enseñado que al final todos somos seres humanos que reímos, lloramos y vivimos la vida.

Tan sencillo soy que no me gusta la plata, no tengo alma de comerciante aunque eso vaya en contra de mis dotes de culebrero, la plata para mi es y será siempre un medio, nunca un fin.

Soy un tipo sencillo, de pensamientos sencillos pero que tarde o temprano tiene que darse cuenta que no, no es un tipo sencillo, no es un tipo simple, no es un tipo cualquiera…

 

Ganas, sólo ganas…

La hoja en blanco, el síndrome de la hoja en blanco no existe hace rato, al menos para mi, no es sino sentarse a escribir y las palabras, afortunadas o no, van saliendo una detrás de otras, qué digan al final no es relevante es usar simplemente la escritura como una vía cualquiera de catarsis.

Catarsis, que palabras más raras usa uno cuando lee de más.

Hace rato vengo con ganas de escribir nuevamente, de dejar volar la imaginación, de tejer palabra por palabra, frase por frase, pensamiento por pensamiento nuevas ideas, fragmentos y realidades.

Pero pasa lo de siempre, me dejo ganar por la cotidianidad, por el trabajo, por los videos, por cualquier excusa valida o no valida que se me pueda ocurrir y que no es más que un autoengaño. No escribo porque no quiero. Punto.

Tengo cosas que contar, muchas, hay miles de pensamientos dando vueltas estos dìas en mi cabeza, trabajo, proyectos, relaciones, quereres, distancias, cercanías, historias,  tantas cosas por narrar que al final se quedan en puras notas escritas de rápidez en una servilleta.

Sonará extraño pero no tengo una herramienta favorita  la hora de escribir, a veces escribo en mi libreta de notas, otras veces se me ocurre una idea a destiempo y termina anotada en mi celular y que decir de todas aquellas historias que he empezado a escribir en cualquiera de los muchos papeles, tarjetas , tiquetes de la compra, saldos del banco y demás extraños adminículos que guardo en mi billetera.

Esta manera de escribir, impulsiva, desesperada, a cuenta gotas me lleva a veces a preguntarme qué hay detrás de todas las letras que escribo  día si y día también, es fácil entender que es simplemente una búsqueda constante de ese YO que está oculto, agazapado, esperando salir a flote, una manera de auto reconocimiento que me permite explorar cada una de las facetas de la vida diaria, de mi cabeza, de mi sentir…

Al final escribo y no escribo, hago tiros al aire, me quejo, pero no escribo nada de nada, se queda todo en ganas, sólo ganas de escribir, de expresarme y de sentir.

 

Adiós Cata…

La muerte, ¿qué es la muerte?

Carajo, tremenda pregunta para un domingo en la mañana.

Ayer, cerrando batalla de flores, con la emoción y la alegría del que todo el día ha bailado de acá para allá me encontré con la triste noticia de que Catalina, Doña Caypa,  mi bisabuela había muerto en horas de la mañana en Santa Marta.

Se veía venir, ya tenía casi 95 años y un par de enfermedades desde el año pasado la habían tenido bastante mal, un par de veces yo le había dicho a mi mamá que creía que de este año no pasaba y hasta mi abuelo le mamaba gallo a cada rato con eso.

Pero era eso, mamadera de gallo, con sus cuentos, con su genio, con sus todo la queríamos y no, no es que no haya muerto malo sino que Doña Caypa con 95 ruedas en el aire todavía tenía energía para todo y su muerte nos deja con mucha tristeza.

Me queda en la cabeza la imagen de la última vez que la vi, en enero de este año, en el restaurante en el que estábamos y en donde para variar la cogí de mi cuenta y le fregué la paciencia un buen rato, mientras ella con esa sonrisa de complicidad que siempre tenía para conmigo sólo respingaba la boca.

Me quedo con las ganas de escribir algo más bonito para cata, algo más inspirado, algo más para su recuerdo pero la verdad no tengo palabras, no tengo inspiración no tengo nada de nada…

Lo que más me duele es no haber podido grabarla contándome sus cuentos como quise hacer a principios de este año. Como le prometí que haría la siguiente vez que fuera a Santa Marta.

La vida sigue… muchos ánimos para todos, muchos ánimos Ayda, Silvia, Orlando, Thite, Alvarito, todos…

Seguro allá en el cielo se encontrará con Jackie y desde allá seguirán cuidándonos, bendiciéndonos y mandándonos su mejor energía.

Un beso grande Cata, buen viaje…

 

Experimenta y reinarás…