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Cortado y descafeinado

Si me pongo a pensar podría decir que Meli es una boluda qui parla molt be el catalá, también podría pensar que es una catalana con alma de argentina o quizás que es una costeña que nació en el lugar equivocado.

En fin, amiga más allá de la distancia, publicista (PR diría ella), viajera, fotógrafa, un poco loca, espiritual a más no poder y algunas cualidades más la definen a la perfección.

El cuento es que sin pensar mucho en los consejos que  le dieron de todas partes del planeta se le dio por venir a visitar LoCombia para así tener otra mirada más del mundo, una mirada local, cotidiana y muy caribeña alejada de los museos y cercana a la calle, a la gente.

Nada más llegar la confundió el encanto caribe, el realismo mágico y la loca cotidianidad de estas tierras, nada más llegar su cámara se reveló a tomar una foto más y tuvo que hacer SU mirada desde MI mirada, bueno en realidad desde mi cámara pero ya eso es un poco mirar a través del otro.

Así que cámara de fotos en mano ella y cámara de video en mano yo recorrimos Cartagena, El Parque Tayrona y Santa Marta en un contrapunto visual pocas veces vivido antes, al menos por mi.

Obvio, también aprovechamos y tomamos sol, nos pusimos negros, negritos, tomamos cerveza, ron y aguardiente, bailamos, escuchamos chistes, un verso le dedicaron, conocimos gente, hablamos, conversamos y hasta tiempo de mirar y mirarnos nos dio.

Ella se fue con el sabor de los casi 20 jugos de fruta que se tomó, con una adicción incontrolada por las arepas de huevo, con el “aja” y el “nojoda” pegados y con la dulce sonrisa de la que se quita un preconcepto. En un rato aterrizará en tierras catalanas, cambiará el vallenato por sardanas, el pescado frito y los patacones por el pa amb tomaquet y las sonrisas de la gente por miradas simples y sin sal.

Los videos están en el congelador, sus imágenes en mi mente, como me gusta que retraten mis espacios y mi cotidianidad así, como me gusta retratar mi cotidianidad así cortada y descafeinada.

Así vio Meli a Colombia, mi Locombia.

Fins despres Meli, bon viatge i millor tornada al teu espai en BCN, el nostre espai…

cartagena

ventass callejeras

plaza

carretilla y sueño

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Punto de quiebre

Las noches barranquilleras me dan para pensar, pasan carros que oigo de manera clara desde mi balcón, escucho al vecino viendo el programa de chismes de moda, más abajo se escucha a un bebe llorar,  escucho unos grillos que después de viejo me enteré que  no son grillos sino ranitas que dan su tono elevado y hasta el olor de la hierba cortada sube hasta mi apartamento.

Miro estrellas, repaso la jornada, día, noche, ideas, fragmentos de cotidianidad, la vida es una locura, pasa de todo y no pasa nada, pensamientos furiosos, lucha interna, sueños de aire, gritos de necesidad.

La gente, que bella es la gente, jornada de manos y codos, de abusos y desusos, de encuentros y desencuentros; la vida cotidiana es recelosa y prevenida, te da la silla y te la quita, cuan raro es sentirse extraño en tierra propia.

A lo largo de nuestra historia, de nuestro guión, nos encontramos y nos alejamos de gente, descubrimos perlas en bruto y brutas con perlas, nos estrellamos en el feeling y descubrimos que la química es más que tubos de ensayo y pipetas.
http://cyberblogue.com/page/6/?lang=fr
Al final me doy cuenta todo esto no es una locura, es realidad pura y dura que nos enfrenta a los poderes, a los saberes, a ti y a mi y viceversa.

ZzZzZzzZZaping…

zapping.jpg

La televisión en Colombia es un pegante simbólico, en ella nos encontramos para vernos e imaginarnos*, al menos eso dice Omar Rincón -gran crítico pero sobre todo gran teórico de la TV colombiana-  y yo estoy de acuerdo.

Hace dos meses no veo TV, apenas esta semana me traje mi viejo televisor a mi apartamento y sólo hasta el sábado me conectan el cable; es decir, estos días me toca sobrevivir con Canal Caracol, Canal RCN, Telecaribe, el Canal del Ccongreso y Canal UNO (por cierto ¿qué le pasó al Canal A y su león característico?). Nada de Fox, HBO, Sony, Warner y así sucesivamente…

Preparo comida, bebida, desconecto celulares,  me tiro en el sofá… veamos que tan fuerte es ese pegante del que nos habla Rincón.

diaphanously ZzZzZzzZZaping…

Me reciben en el Canal UNO con un “Yo José Gabriel”, por Dios, ese tipo sigue presentando el mismo programa de hace 10 años, el mismo formato, el mismo set Letterman wannabe pero sin taza. Entrevista a un pelmazo llamado Jota Pineda -no se pierdan su web – con ínfulas de estrella porque hace Stand Up Comedy, los de la Paramount si que hacen stand up comedy, este es un pendejo que juega con chistes de doble sentido con los sonidos y excrementos del cuerpo y que usa como material propio “pensaba durante la pausa comercial”  bromas y chistes me ha llegado una y otra vez como FWD tipo “porqué a las viejas les gusta que le dediquen la reina“. Loser.

ZzZzZzzZZaping…

En Caracol, en la novela de turno, de la que les debo el nombre, dos amigas hablan de su próxima cita una le dice a la otra “disfrútelo mamita” a lo que la otra responde “no te preocupes que me encargaré de hacerlo” mientras de fondo se escucha la típica melodía de saxofón que los códigos audiovisuales de toda la vida nos han remarcado como significante de “huy acá se viene sexo del Continue reading ZzZzZzzZZaping…

Desde mi balcón

[blip.tv http://blip.tv/play/ga9E8pcWAA]

Cuando me venía de BCN dije que así como allá había retratado la realidad, los espacios que recorría, los eventos a los que iba ahora que volvía a Colombia seguiría haciéndolo.

Pero no contaba con el poco tiempo que me dejan mis nuevas labores, aun así la mano me pica, la cámara me sonríe desde su estuche y me pide que grabe algo, que cuente cosas, que retrate mis nuevos espacios vitales, que les diga a ustedes al oído en donde estoy, que hago, como vivo.

En fin, que así como antes las abuelas miraban y chismoseaban a los vecinos desde su mecedor, este fin de semana empecé a mirar por el balcón de mi apartamento, pasó gente, carros, el sol… esto es lo que vi.

Créditos musicales: Sola/ Gabriel Barraza/ http://myspace.com/gaboozono

Vía (¿o frente?) 40…

Erda loco, yo cogí al man del cuello, le pegue una que cule de trompa y el man se fue de culo. Se iba a levantar dizque a sacar la pistola, pero yo le dije que me matara, que se metiera a loco pa’ que viera. y eso que mis pelaos habían sacado el bate, es que yo siempre llevo un bate de aluminio ahí detrás por si cualquier vaina porque Rentería me hubiera quedado pendejo.

La típica conversación que necesita uno al mediodía para reposar el almuerzo, venía por todo la circunvalar después del almuerzo con la gente de Jamar y me tocó el infaltable taxista parlanchín.

– ¿Aja pero que fue lo que hizo que le pegaras al man? – Le pregunté, ya resignado a tener que aguantar sus historias, mitad mentira y mitad realidad.

Nombe loco es que ahí por la 72 con vía 40 había una alcantarilla destapada y botando esa agua de mierda, eche y yo le dije al man que le bajara a la velocidad y pasa ese desgraciao en bola de mierda y me coge y me pringa todo a mi y al pasajero. Cogí yo y me le pegue detrás y a dos cuadras me los alcance y lo cerré, me bajo, le pego un botinazo a la puerta y lo bajo de una sola trompa.

Es mediodía, justo me monté en uno de los pocos taxis sin aire, hace calor, pero el entusiasmo con el que cuenta su anécdota me hace prestarle atención.

– Aja ¿y que pasó después?- le pregunto, sin tener de otra.

Ombe el man tuvieron que quitármelo, yo me lo quería comer vivo es que creen que por son del IMPEC (una fuerza policial) pueden hacer hasta pa’ vender y eso no es así compadre. Yo no me dejo echar vainas de nadie ni como de pistolitas, nojoda buen monte que lleve yo, fusil al hombro.

El tipo sigue echando sus historias, al ver mi interés se emociona y me empieza  a contar otra.

– ¿Ves este diente que me falta?, me lo saco un policía –
Me dice mientras me muestra una boca rota, llena de dientes negros que hace que se me revuelva el estomago.

Esta nueva historia no se porque se ve seguramente más ficticia que la anterior, en esta el se va comiendo un mango, pasa un policía a su lado y se cae y la termina cogiendo con el, le dice dos palabrotas y este se baja y le pega una trompada a lo que el policía le responde pegándole con el casco, pero casualmente su hijo es policía y llega al llamado del otro policía y “lo que sea con mi papa es conmigo.”

Me gusta la gente que sabe contar historias.  Mejor si se las cree de tanto repetirlas.

– ¿Aja y en donde fue que combatió ud.? – le pregunto con curiosidad después de la tercera vez que hace enfasis en que el no le tiene a la muerte porque ya se la ha tropezado varias veces.

¿Yo?, en los montes de María, en varias partes más pero eso eran otras épocas cuando estaba en las FARC.

Vaya.

La vía 40 es una vía muy larga y muy sola, el almuerzo ya no me está cayendo tan bien,  yo estoy muy desadaptado a estas realidades, sean ficticias o sean reales… como la vida misma.

Vodka con naranja…

La bolsa era vieja, de estas que ya llevan un buen trajín sobre ellas. Sobresalía una botella de vodka barato y jugo de naranja. Tenía barba de varios días, caminar cojo y un tic en los ojos que le hacía más repelente.

– Míralo, mira como el macho paloma hace el baile de aparejamiento- Dijo molesto al aire mientras imitaba con su cuerpo los extraños movimientos del ave.

Es lo que tiene la rutina diaria, no es que los locos de Barcelona me busquen. Yo los busco a ellos.

Cada año se duplica el número de palomas que se cagarán en tu moto, en tu bici, en tu coche o, maldita sea la hora, en ti mismo– Grita con desesperación, mirando al cielo como esperando una plaga bíblica consecuente con la navidad que borre de un plumazo todas las palomas que inundan la plaza.

Ese aumento puede ser molesto pero supongo debe ser la evolución natural de la especie-  le refuto yo, de puro entrometido y siendo consecuente con mi extraño interés por hablar con los locos o desequilibrados que me suelo encontrar por las calles día si y día también y que supongo viene de la necesidad de reafirmarme como cuerdo.

–  De evolución nada, el 99% de las aves se aparean una vez al año, sólo estás, las ratas del aire, son las que les da por tocar los huevos y aparecer en manada- Dice con aire de suficiencia y estudiados movimientos de profesor mientras empina un largo trago del vodka de marca desconocida.

El semáforo sigue en rojo, me ofrece un trago, le miro a la cara y caigo en cuenta en su acento extranjero, seguramente atrás hay una historia por contar. Su mano alargada con el trago espera mi aprobación.

El semáforo se pone en verde. Camino adelante.

– Gracias no bebo- Le digo para zafarmelo y sigo caminando derecho mientras una paloma se caga en mi cabeza.

Ya iban varios días que no me tropezaba a BarceloCa.

Habitantes de Babel – Capítulo 1

Mientras respondía a mis preguntas Giselle miraba de vez en cuando el reloj, no estaba desesperada, imposible en un personaje tan calmado como ella, pero sabía que el tiempo corría y que aun le faltaban muchas cosas por hacer en las 14 horas que le quedaban en Barcelona.Sus respuestas eran claras, concisas, marcadas por la nostalgia y el recuerdo. No es fácil decir adiós al lugar donde viviste 11 años.

No fue posible en un par de horas de rápida entrevista captar todas sus experiencias pero si que fue posible captar toda la fuerza de una larga estancia fuera de su tierra, una larga estancia siendo inmigrante.

Con este capítulo doy inicio a la serie documental Habitantes de Babel, (micro)relatos de inmigración. La idea es mostrar las mil y una historias que vivimos los inmigrantes, las vivencias, los problemas y las alegrías.

http://vimeo.com/moogaloop.swf?clip_id=2344787&server=vimeo.com&show_title=0&show_byline=0&show_portrait=0&color=00ADEF&fullscreen=1

Con habitantes de Babel, no se pretende contar ni triunfos magnificados ni perdidas exageradas sino simples historias de vida, fragmentos de existencia que nos permitan descubrir y describir procesos y conocer el qué, cómo, cuando y donde de toda esa vivencia.

Aprovecho para dar las gracias a todos aquellos que hicieron posible este inicio: Freddy Vargas en el diseño gráfico y Ana Vallejo y Margarita López en la traducción.

De igual forma quiero agradecer el valioso aporte de Joan Planas, Gonzalo Martín, Xavier Muñoz, Roger Casas, Juan David Escobar, Paola Vargas y Julián Ortega quienes con el feedback ofrecido a la muestra previa del primer episodio me permitieron mejorar muchos aspectos que desde adentro a veces se nos pasan.

Así funciona, La historia de los inmigrantes la tenemos que contar los mismo inmigrantes…

Visita http://habitantesdebabel.com

¿Volver?

 Hace poco cumplí 4 años viviendo en España y como para variar en este tipo de fechas estuve haciendo un análisis de lo que se ha hecho, lo que no, lo que viene, lo que falta, lo que sobra y demás pendejadas que se le da a uno por pensar en este tipo de aniversarios.

Pensé en lo difícil que puede ser volver a mi país en este momento cuando ya no se ni de donde soy, si de la tierra del vallenato, el divino niño y las arepa e`huevo o del de las sevillanas, las sardanas y los toreros o peor de ninguno de los dos.

Pensar sobre un posible retorno a mi país, sobre lo que me podría encontrar o cómo sería volver después de tanto tiempo fuera viviendo otra realidad es en estos momentos una utopía pues por ahora sigo plantado por acá, cada vez con más proyectos, cada vez más integrado pero aun así surgió la necesidad de preguntarme ¿y si regreso qué?

Se me ocurrió entonces darle la palabra a unos cuantos amigos  que han vivido de este lado del charco y ya han vuelto a sus países de origen, ya saben lo que es vivir de nuevo allá y ya saben lo que es aprender o reaprender ciertas actitudes, comportamientos o modos de ver la vida.

La idea es plasmar en un par de post (economía del espacio) sus nuevas experiencias y como cambió su manera de ver la vida estando acá y ahora volviendo a estar allá.

Entonces que hablen los invitados.

Liliane Dutra Brignol, Brasil, periodista.

No es una tarea fácil hablar de la experiencia de ir y venir. Sobretodo porque, como dicen los estudiosos de las diásporas, estamos todos de algún modo lejos de casa. Pienso que, unos más, otros menos, vivimos en transito. Pero quien aventura la experiencia de hacer las maletas y cruzar fronteras (no solo de países, sino también de culturas y modos de vida) es impactado para siempre por un sentido de desplazamiento que, creo, nos acompaña donde quiera que estemos.

Ya se me olvida el castellano que tanto me ha costado aprender. Fue sólo un año en España y ya sabía exactamente cuando tendría de volver. No sabía que me costaría tanto. Siento una “saudade” de Barcelona – y aquí sólo puedo usar la palabra portuguesa para decir cuando algo o alguien nos echa de menos. Es una leve sensación de vacío por lo tanto que he vivido en sus calles, plazas, barrios, por la gente que he conocido.

No tengo una conclusión muy clara sobre que significa volver. En los primeros días, seguramente, es fiesta: comer churrasco, tomar mate, estar con la familia, con los que amo. Luego se empieza a mirar la ciudad, la gente y sus costumbres con cierta extrañeza impensable si no fuera por la distancia. Después viene la nostalgia y un intento ingenuo de comparación entre lo que dejamos afuera y lo que tenemos acá. Pero la experiencia no está hecha solamente de añoranza. Queda la sensación, no muy tranquila, de que pertenecemos a muchos sitios al mismo tiempo. Que volver y partir hacen parte del mismo movimiento.

Paul Brito, Barranquilla, Escritor

El hábito de la desintegración

Acuciados por la nostalgia, muchos emigrantes latinoamericanos terminan volviendo a su tierra. El regreso al lugar donde crecieron, donde se enamoraron por primera vez, donde sus abuelos todavía viven en cuerpo o memoria, es una experiencia emocional. Pero, sobre todo, una experiencia intelectual. ¿Quién podrá abstenerse de sacar diferencias, de sopesar lo que volverá a encontrar frente a todo lo nuevo que ya ha vivido?

Si un día muchos encontraron defectos y carencias en la ciudad o país que los recibió, en sus personas y costumbres; si muchos se quejaron por la ausencia de algún valor que abundaba en su sociedad natal, ahora seguramente vivirán la experiencia contraria: armados de una nueva visión del mundo, de una serie de valores o virtudes recogidos casi inadvertidamente en su nuevo hogar, criticarán y rechazarán los prejuicios locales y las anomalías y tramoyas autóctonas en las que una vez estuvieron sumidos sin darse cuenta.

Esa lucidez, fruto de una eterna condición de desterrados, los lanzará para siempre a desmontar las sociedades a las que lleguen y a desmontar también sus propios referentes y su propia identidad. Se puede decir que, desde el momento en que uno abandona su país, adopta el hábito de la desintegración que para muchos es afortunadamente la mejor forma de deshacerse de nacionalismos peligrosos, defectos históricos y cicatrices colectivas, y alcanzar su propia identidad como seres humanos.

—-

Y tu ¿has vivido fuera y ahora vives de nuevo en Col. ? ¿cómo ha sido el cambio? o ¿vives fuera y te has preguntado como sería volver a vivir allá?

Romeo y Julieta haciendo marketing

Desde hace más de 5 meses vivo y convivo con el marketing alternativo.

Branding, street actions, marketing de guerrilla, ambient, copy, briefing y demás términos han pasado a ser parte de mi lenguaje habitual.

Ahora hasta me lo encuentro en la calle.

El viernes pasado estaba sentado en la plaza de la virreina después de terminar de grabar un capítulo de la serie “videobloggers” con el español en Japón cuando de repente un escandaloso Romeo empezó a cortejar a una iluminada  Julieta llamando la atención de todos en la plaza.

El resultado, o mejor el porqué de ese cortejo en medio de la plaza… mírenlo.
(vean el video hasta el final sólo dura 30 segs.)

[blip.tv http://blip.tv/play/ga9E1MB6AA]

Si sólo fuera un dejavu…

Puta, puta Barcelona, si no fuera por ella nada de esto hubiera pasado.

Algo así fue lo que entendí que gritó la histérica italiana que peleaba con su ¿novio? a medio camino de mi trayecto.

Algo tienen las noches de Barcelona que me inquieta, a veces calles silenciosas sin ninguno caminando por ellas, a veces mucho ruido y borrachos pesados a los que me provoca gastar sus baterías de un golpe.

Hoy al final de la tarde cambié mi ruta habitual, subí por la concurrida Gran de Gracia, padres, niños, ejecutivos, estudiantes y amas de casa iban a casa después de la jornada, caía la tarde y yo iba  a mi segundo y poco adorado trabajo, me tropecé a un par de amigos que hace rato no veía, vaya casualidad, pasó en un carro otra amiga a la que veo cada día y me saludo con gran efusividad y dos calles más arriba me volví a encontrar, pese a cambiar la ruta, a aquella morena de grandes piernas que cada día, de cada semana, de cada mes de todo el año me cruzo. casualidad de la casualidad de la casualidad.

Hace un rato salí de trabajar, una jornada más, de vuelta a casa, como cada día, como cada semana, como cada mes, por las mismas calles,  subir por d’Or doblar por Verdi, tropezar a a los paquis que ofrecen una cervez beer, atravesar la Plaça Revolución donde unos cuantos grupos echan la última cerveza y unos cuantos chavales fuman un porro, doblar en Travessera y tomar Torrent de l’Olla caminar derecho, tropezar  a par borrachos, cruzar la calle y moverse que me muerde el gran perro, sonreir con el par de novias que se besan con soltura esperando en el semáforo en rojo, semáforo en verde, tropezar a una sexy gordita, que ni acelera el paso ni deja pasar, que pasa aquesta nit noia me provoca decirle aunque mejor pienso, te lo agradezco pero no, te lo agradezco niña pero no.

El camino continúa, la calle Casanova se hace larga al intentar encender una vez más el móvil que no enciende y del que quiero hacer una llamada, mandar un mensaje o revisar si quiere seguir sonriendo, paso al lado de la italiana que putea al novio, los miro de reojo, lo que menos necesito ahora es una pelea. Cruzo los Jardinets de Gracia y ya casi, ya vamos llegando, me estoy acercando. En la banca una turista sin hotel duerme abrazada a su maleta. Tomo Corsega y ya casi estoy, cruzo y Voila.

Algo tienen las noches de Barcelona que me inquieta, el qué no está muy claro, tal vez es que me hace pensar, divagar, apostar, soñar, sentir, delirar, reconocer y pensar que todo esto es un dejavu, un gigantesco e inmenso dejavu.

Offside
No, no es lo que hay, es lo que viene. Paciencia sisplau paciencia.