Un par me mandaron a la mierda, una grito “auxilio policía”, como cuatro me dijeron en diversos idiomas que no hablaban español y una señora muy mayor y muy simpática me dedicó el guiño de ojos más espectacular nunca visto.
¿Porqué tanto alboroto?, si la pregunta era de lo más simple: ¿tienes alguna historia para contarme?
Ubiquémonos. Soy hiperactivo, inquieto, fugaz, desordenado y nada loco aunque algunas veces lo parezca y otras lo quiera parecer; además tengo filias, fobias y muchas mañas, una de ellas, la que viene a cuento, ponerme retos semanales.
A veces son tonterías tipo terminar tal libro, cambiar de ubicación tal cosa o editar aquel video grabado hace mil años; en otras ocasiones se me da por autocomplicarme la existencia y me propongo contar granos de arena, encestar 12 balones seguidos o aprender a deletrear esternocleidomastoideo en sirio, danes y alemán.
Esta semana me propuse oír historias desconocidas o más bien historias de desconocidos pero no de manera furtiva parando oído por las calles sino hablando directamente con los protagonistas. Breves espacios temporales compartidos resumidos en5 líneas.
Shadya, creo que se escribe asi, no alcancé a comprender todo lo que me decía pues su español era nulo, su inglés un poco mejor y su francés perfecto. Lastima que je ne parle pas frances. Aun así me pude enterar que vive en BCN hace sólo 15 días, que vino a estudiar un master en literatura y arte dramático y que Barcelona le parece una ciudad bonita pero muy llena de turistas. Estará en la ciudad un año supuestamente, pero cree que igual se regresará pronto a la pequeña Orleans donde vive con su novia y su suegra a las cuales extraña muchisimo. Al final, después de decirme tantas cosas tan personales me sentí hasta mal por la manera como conseguí su “historia”: “hola trabajo para un periódico local tienes alguna historia para contarme”
Joseph, su nombre me hizo pensar que era catalán pero no, era italiano y de bien lejos: Salerno. Estaba en el mismo asiento del metro y aunque el acercamiento fue distinto “hola estoy haciendo una tesis sobre los habitantes de Barcelona tienes alguna….” su reacción fue opuesta. Me interrogó el a mi, que qué hacía, que para qué lo hacía, etc. y hasta que no le dije que simplemente quiero conocer a la gente para conocerme mejor a mi mismo no soltó prenda. Pero su carácter de filosofo pudo más que su recelo, me habló de sus estudios en teología, en lo que cree y en lo que no en mil historias que ya me iban haciendo pasar de mi estación. Ahhh, no vive en Barcelona está de paseo visitando a sus primos que viven borrachos por acá hace unos 4 meses.
Marianella, me sonó a nombre de novela y se lo dije, se río estrepitosamente y dejo ver toda su sangre latina, bueno casi latina, mexicana de padres holándeses no podía ser una mejor muestra de la combinación: cabellera negra ondulada, piel morena con pecas y unos brillantes ojos verdes de sonrisa amplia. Me dijo que no ha visto nunca una novela pero que le hacen muchas bromas por su nombre lo cual no le disgusta pues como buena publicista que es “lo que importa es que hablen bien o mal pero que hablen” le dije que según para que, esa no era una buena estrategia de vida y se río de nuevo estrepitosamente logrando que el resto del bar en donde compartiamos barra se volteara a verla. “¿Me decías, carnal?” me respondió con aires de suficiencia. Le iba a pedir su correo pero preferí dejarla perder por las largas calles de BCN.
Antonio, el colombiano que nunca puede faltar, es que si dicen que en España levantas una piedra y salen dos colombianos pues en esa banca de la plaza eramos nosotros. Paisa pero de los raros no me solto ni un parce ni un chimbada ni nada, me habló en un correctísimo español intercalado con frases como de puta madre o tio, vi que no soy el único integrado. Lleva 9 años en España, ha recogido fruta en el sur, vendido aspiradoras en la capital, pintado casas en las canarias y ahora, por fin, es abogado en Barcelona, de extranjería, me aclara, por si necesito algún documento o vuelta en que me pueda ayudar. Tenía que sacar ese espíritu de negocios por algún lado.
Antonia, no, no es la esposa del anterior, nacieron a 10 mil km de distancia geográfica y a veinte años de distancia temporal. Catalana de padres andaluces, charnega que les llaman por acá, todos sus 69 años los ha vivido en Barcelona, “aparte de esos 5 años que viví en Hospitallet” ¿pero si Hospitallet está en BCN? le repunto, “eso es ahora antes no” me responde como diciendo me vas tu a decir a donde vivo yo chavalin. Tiene 4 hijos y 3 nietos, quiere que su hija quede embarazada pronto pues ya los otros están muy mayores y no le dicen yaya con el mismo cariño de antes. Le duelen los tobillos desde aquella vez que se tropezó con el sofa del menjador, la invito a que se siente un momento que las palomas no se van a morir de hambre pero es terca y sigue tirando maiz a la multitud de enardecidas. Le digo que gracias por compartir conmigo fragmentos de su vida, que haré buen uso de ellos aunque sepa que es mentira. Me mira con una gran sonrisa de oreja a oreja me hace un guiño de ojos, espectacular, juvenil , matador y me dice: “gracias a ti por escucharme, cada día es más dificil encontrar quien lo haga”.
Offside
Algunos dicen que la literatura consiste en mentir bien la realidad pues a veces yo hago al revés.